Don Benigno Sandoval, se dispone amablemente a atender a la prensa con su impecable vestimenta y su prominente gesto de agrado. A sus 73 años, exhibe una sencillez natural y se yergue orgulloso con la distinción que honrará sus 50 años en el gremio de comerciantes de Cúcuta.
Es fundador y líder en la Central de Abastos de Cúcuta (Cenabastos). El más antiguo de ellos.
En el año 1988, fue uno de los cuatro comerciantes que creyó en el proyecto de traslado de los vendedores del antiguo mercado de la Sexta hacia un terreno en la urbanización Tasajero y hoy en día se le reconoce como el hombre más ilustre del lugar.
El próximo viernes 4 de marzo, la Gobernación de Norte de Santander, le hará un reconocimiento al otorgarle la medalla al Mérito “Francisco de Paula Santander”, mientras que la Alcaldía de Cúcuta, le entregará la medalla “Mercedes Abregó”.
Al acto, pautado a realizarse en el Club Comercio, asistirán las autoridades de Cenabastos, que también le harán entrega de una placa por los 32 años que de su existencia, ha dedicado a impulsar el crecimiento en el área.
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“Él, para nosotros, es un ejemplo a seguir, no solo por su visión comercial, sino por el amor que le ha puesto a este mercado. Cuando se hizo el traslado de los comerciantes de la Sexta a este lugar, muchos tomaron la decisión de creer en Cenabastos solo porque él lo hizo primero”, comentó Wolgfan Ochoa, Administrador General de la central.
En el camino del éxito
Aunque la noticia le tomó por sorpresa, Don Benigno la recibe con un sentido agradecimiento. Ha recibido otras tantas. Las muestra con orgullo señalando algunas que conserva como un monumento en su estrecha pero acogedora oficina, en una de las bodegas de Distribuciones La Bolivariana.
En ese espacio se sienta cada mañana con el mismo ímpetu para conducir su negocio. Siempre de la mano de su esposa, Mercedes Serrano, quien admite ha sido el Pilar de ese negocio que nació en una pequeña tienda de alimentos en el barrio Carora, en los años 70.
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Recuerda que tenían una estantería que no superaba el metro de largo. Expendían víveres y otros alimentos. De ahí pasaron a la Sexta, con un local comercial. Luego tuvieron dos y la empresa familiar fue creciendo. En el año 1988 llegaron a Cenabastos, donde comenzó su verdadero crecimiento comercial.
Don Benigno, como gran comerciante y líder del área en el Departamento Norte de Santander, ha sorteado importantes crisis. Recuerda particularmente la de febrero de 1983, cuando el bolívar bajó de 17 pesos a 7, golpeando abruptamente la economía de los cucuteños.
Comenta que aunque fue una situación muy difícil, se mantuvo gracias a la estratégica visión de sostenimiento. Algo que él denomina “inteligencia indígena”. Supo mantener cautivos a los pequeños clientes en la bonanza, a la par de los grandes compradores. Los primeros lo mantuvieron a flote en la época de la recesión venezolana.
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Entre estos desafíos, cuenta la descapitalización que sufrió en junio del 2009, cuando un corto circuito de un local vecino, generó un incendio de gran magnitud en el que sus cuatro bodegas se vieron envueltas por las llamas.
En ese entonces, el seguro solo le alcanzó para cubrir la deuda que tenía con proveedores que a crédito le habían abastecido. “Con esa situación pensamos en abandonar el negocio, pero tuve mucho apoyo y a pesar de que fue duro, pudimos levantarnos”, relató.
Mercedes Abrego, esposa del comerciante, comentó que su inspiración para recuperarse fueron las 180 familias que se verían afectadas con su decisión. Era el número de trabajadores que estaban en riesgo de quedar sin empleo.
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Con apoyo de la banca privada y el del mismo gremio que hoy honra su invaluable trayectoria, se puso en pie en poco más de seis meses. “El secreto es mantenerse, la perseverancia ante todo, luchar y luchar. Hay momentos en que uno dice ‘no más’, pero uno tiene que tener fe”, expresó Sandoval.
Si lo avala Don Benigno es bueno
En términos más recientes, el fundador de Cenabastos, atravesó la dura crisis de la pandemia del COVID 19. En este tiempo, por demás incierto, se valió de su experiencia para superar la inevitable pausa comercial de un mes y los casi tres meses de reactivación de la economía.
Sin embargo, asegura que en este momento los comerciantes “estamos bien”, pues se mantiene el intercambio comercial generado en frontera con Venezuela. Y es que Don Benigno, es un hombre que ve en la brecha las oportunidades. Además de sus negocios en la central de abastos, es uno de los líderes en la distribución de bebidas gaseosas en todo el Departamento.
Ese ha sido su legado, no solo para sus tres hijas que han seguido su camino empresarial en otras ciudades, sino para un alto porcentaje de comerciantes que hacen vida en los 1952 locales de Cenabastos.
“Ya la gente me toma como una garantía. Cuando llega un producto nuevo al mercado y se los ofrecen en los locales, no quieren arriesgarse a comprarlo, pero cuando les dicen eso tiene la aprobación de Don Benigno, entonces lo reciben sin dudar, porque la mayoría me conoce”, confiesa Benigno.
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