A veces cuando todo parece perdido, simplemente la vida se está preparando para mostrar lo mejor, tal como le sucedió a Kevin Suárez Castro, un joven de 23 años nacido en el departamento de Cundinamarca que tras varios tropiezos entendió cuál era su propósito de vida.
La sangre cucuteña siempre la llevó en sus venas pero descubrió sus raíces después de quince años de edad cuando conoció a su padre biológico Mario Suárez y se radicó en la capital nortesantandereana para compartir todo el tiempo perdido.
Kevin, desde los doce años empezó a consumir drogas debido a las diferentes situaciones por las que estaba afrontando a tan corta edad.
“Conocí este mundo porque fue donde encontré refugio cuando tenía problemas, durante mis estudios en el colegio tenía bajas calificaciones y me consideraba un estudiante rebelde, en esos momentos empecé a compartir con personas que no le aportaron nada a mi vida pero yo creía estar bien”, dijo Suárez.
El joven estuvo viviendo por varias semanas en las calles donde llegó a consumir diferentes tipos de drogas y vivir experiencias que, según él, no le desea a nadie.
“Es lo peor, no se lo recomiendo a nadie, uno se expone a todo, es prácticamente tener de almohada una roca y como cobija la propia ropa que usamos”, señaló.
Llegar a Cúcuta para Kevin fue no sólo compartir los años perdidos con su padre, sino reponerse y mejorar su vida.
Entonces inició por aceptar su error y entender que necesitaba ayuda para poder dejar las adicciones.
“Junto a la policía empezamos a buscarlo por diferentes partes de la ciudad hasta que logramos ubicarlo y llevarlo a un lugar para que pudiera rehabilitarse”, aseguró Mario, su padre.
Su proceso de recuperación duró cuatro meses, donde recibió capacitaciones y charlas acompañado por un equipo de profesionales de la fundación Camino Hacia la Luz que lo ayudaron a dejar atrás este amargo capítulo de su vida.
Con el tiempo y pensando en darle un giro a su historia, empezó a estudiar Lenguas Extranjeras en la Universidad de Pamplona, donde retomó su amor incondicional por la música y gracias a ella podía sostenerse.