Monseñor salve usted la región
El presidente de la Asociación de municipios de la provincia de Ocaña, sur del Cesar y zona del Catatumbo, Emiro Cañizares, entrega las llaves de la ciudad y encomienda la misión de aportar el granito de arena para lograr la convivencia pacífica de los pueblos.
Solicita al pastor interceder ante el Gobierno nacional para que se retomen los diálogos con el ELN. “Haga todo lo posible por reactivar las mesas de diálogo para que no se agudice la confrontación armada”, precisó el mandatario.
El prelado llega en un momento coyuntural para el Catatumbo ante las dificultades presentadas en los últimos días desatando acciones violentas contra la Fuerza Pública, carreteras y el oleoducto Caño Limón Coveñas.
La misión es implementar los programas pastorales encaminados a la reconciliación en la zona del Catatumbo y sur del departamento del Cesar. Asimismo, la posible participación en los diálogos de paz, asegura el obispo.
Cañizares Plata exalta la vocación de servicio y la capacidad de gestión para atender a la población en condiciones de vulnerabilidad, pues conoce la experiencia en el literal pacífico. “Sé del trabajo desarrollado en el Magdalena medio en pro de la paz, llega en un momento difícil. Esperamos los buenos oficios para que no se agudice la confrontación armada. Estamos cansados de poner los muertos en esta guerra sin sentido, en su mayoría campesinos de un lado y el otro”, dijo.
El nuncio apostólico, Paolo Rudelli, entregó el báculo como signo de su función episcopal durante la consagración al guía espiritual de los feligreses para apacentar la zona.
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“Con la violencia siempre perdemos todos cuando no somos capaces de transformar una realidad. Con la paz todos ganamos”, expresó el nuevo obispo de Ocaña.
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