Hijo de padre colombiano y madre española, Dan Restrepo llegó lejos en Estados Unidos, tanto que actualmente es considerado uno de los latinos con mayor influencia. En los pasillos de la Casa Blanca se le veía junto al expresidente Barack Obama; al entonces vicepresidente y actual presidente, Joe Biden, y la exsecretaria de Estado y excandidata presidencial Hillary Clinton.
Su deber era tirar línea en las relaciones entre Washington y Latinoamérica. Así lo hizo, además, en el Consejo de Seguridad Nacional. Ahora volverá a Colombia para participar en el Congreso Nacional de la Construcción, que Camacol llevará a cabo del 6 al 8 de noviembre en Barranquilla.
Como anticipo de su vuelta al país en el que se ha reunido con expresidentes como Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, habló sobre las elecciones de Estados Unidos, las relaciones bilaterales de esa nación con Colombia y lo que vendrá luego del complejo 5 de noviembre de 2024.
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Usted le dijo a The Clinic que el Gobierno de Gustavo Petro “ha sido un poco más complejo de lidiar”, lo que hace que Colombia posiblemente no sea el mayor socio de Estados Unidos en Latinoamérica. ¿A qué se refiere?
Creo que son dos cosas, una particular y otra más global. El espacio y la atención internacional en Estados Unidos se ha reducido en los últimos años. Es decir, Estados Unidos es, en el fondo, un país insular, y su política cada día es más insular, más mirando hacia adentro. Entonces, en ese marco, hay menos espacio para la relación con los países de Latinoamérica.
Y luego ha ocurrido algo en la relación entre Estados Unidos y Colombia, en parte como resultado del gobierno que tiene Colombia en este momento. El consenso bipartidista que había definido la política estadounidense con Colombia se ha roto, ya no existe, un poco por confrontación ideológica entre los republicanos, en particular en el Congreso, con el actual Gobierno colombiano. Eso crea más tensión en la relación.
Particularmente, el tema de la droga ha sido un eje central en la relación de Estados Unidos con Colombia. Con el cambio de política en ese sentido, Washington se ha mostrado más bien complacido, así que ¿cree que hay otros temas que vuelven un poco más tirantes los lazos de ambos países?
Es un tema interesante. La relevancia de Colombia en lo que está ocurriendo dentro de los EE. UU. se ha reducido, porque el problema más grande que tiene el país es el consumo y las muertes relacionadas con un producto que ya no es colombiano: es el fentanilo, y las cadenas de fentanilo no pasan por Colombia en ruta a Estados Unidos.
Dicho eso, quienes tienen todavía un punto de vista tradicional sobre el narcotráfico ven con preocupación lo que está haciendo el Gobierno colombiano y la sobreproducción que existe, que tiene efectos negativos dentro de Colombia y de otras partes del mundo que no son los Estados Unidos.
Luego, otro tema relevante, quizás el más importante para ambos partidos, es la migración. El flujo migratorio más grande del hemisferio occidental sigue siendo el venezolano, que empieza a subir otra vez después del proceso electoral de Maduro. Francamente, demócratas y republicanos han visto con buenos ojos lo que ha hecho Colombia en la integración de la población venezolana.
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¿Cuál va a ser el papel de Colombia, yendo para adelante, si Nicolás Maduro sigue en el poder más allá del 10 de enero? El tema migratorio va a ser uno central en la relación entre ambos países, sí o sí. El nivel de conflictividad en ello, cómo se manejará y quizá los recursos que Estados Unidos esté dispuesto a poner sobre la mesa, dependerá un poco del resultado electoral.