En Nicaragua, la represión gubernamental de las celebraciones de Semana Santa no deja espacio para las celebraciones públicas cristianas de Pascua. El presidente Daniel Ortega ha prohibido llevar imágenes sagradas por las calles, mientras que grandes fuerzas de seguridad están presentes en el exterior de las catedrales.
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Desde 2023, el país centroamericano tiene prohibidas las procesiones públicas, que pueden tener lugar, como el Domingo de Ramos, estrictamente dentro de los muros de las iglesias; la misma medida se aplicará al Vía Crucis del Viernes Santo, siendo la pena para los transgresores el arresto, según han confirmado algunos sacerdotes que han recibido la visita de agentes de policía.
“La imposibilidad de celebrar procesiones, parte central de las celebraciones de Semana Santa representa un duro golpe para la vida religiosa del país. Del mismo modo, la prohibición de oraciones públicas sobre temas sensibles como la situación en Nicaragua, los migrantes y los presos políticos se interpreta como un intento de silenciar la voz de la Iglesia en cuestiones de justicia y derechos humanos”, mencionó el sitio web 100% Noticias.
Tomado de Vatican News.
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