Más de 200 cocodrilos fueron sacrificados en una granja abandonada en un territorio de Cisjordania. El estado israelí comentó que los reptiles se encontraban en estado de abandono, no tenían acceso a alimento y empezaron a recurrir al canibalismo.
Cogat, el organismo del ministerio de Defensa israelí encargado de los asuntos civiles en los territorios palestinos “se mantenían en un recinto abandonado en malas condiciones que constituían maltrato animal, con acceso insuficiente a alimento, lo que los condujo a un comportamiento caníbal”.
La granja se encontraba cerrada desde 2013. El abandono por parte del dueño todos estos años había permitido que los cocodrilos escaparan llegando a reservas naturales y comunidades aledañas. Así informó Cogat en un comunicado el lunes 4 de agosto.
Según la organización israelí se le invitó al dueño a reparar la cifra o a solucionar la situación con la granja. Ante las negativas y la falta de respuesta comentaron que “el peligro debía ser atendido de inmediato mediante el sacrificio humanitario de los animales”.
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Motivos detrás de la decisión: razones oficiales y crítica
Un video que se volvió viral en redes sociales este año mostraba a un grupo de adolescentes arrojando piedras a cocodrilos, lo que obligó a las autoridades a intervenir.
La granja, situada en el asentamiento israelí de Petzael, en el valle del Jordán, comenzó como una atracción turística en los años 90, pero más adelante se transformó en una operación comercial centrada en la obtención de piel de cocodrilo.
Sin embargo, en 2013, una ley que incluyó al cocodrilo del Nilo en la lista de especies protegidas llevó al cierre definitivo de la instalación.
Reacciones internacionales y organizaciones ambientalistas
La organización israelí de defensa animal Let the Animals Live condenó la matanza, asegurando que se sacrificaron 262 cocodrilos y recalcando que los reptiles “nunca representaron una amenaza para nadie”.
Gadi Bitan, quien ha sido dueño de la granja durante tres décadas, declaró al medio israelí Ynet que no recibió ninguna notificación previa sobre la decisión, que según él se ejecutó el domingo. “Fue una ejecución. Eran animales sanos, bien cuidados, y jamás se registró un incidente grave”, sostuvo.
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