Entre la tristeza, el dolor y la incertidumbre, familiares de Marcelino Santiago Vergara viajaron desde la zona rural de Mérida (Venezuela) hasta Cúcuta, para acompañar a la madre y reclamar el cuerpo, tras su asesinato en una de las trochas que conecta a Puerto Santander con el vecino país, el pasado jueves.
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Con, por lo menos, siete horas de viaje desde su casa hasta el área metropolitana, las incógnitas sobre la causa de la muerte de Marcelino, de 25 años, no fueron resueltas. Por razones de seguridad, una funeraria fue la encargada de levantar el cadáver y no las autoridades.
El cuerpo de Santiago Vergara fue encontrado al costado de una trocha conocida como Mi Ranchito, específicamente en la vereda El Dave, con dos disparos en la cabeza. Una funeraria viajó hasta el viernes en la mañana para recogerlo.
“Era un joven trabajador y nos da mucha tristeza, creemos que él ya se estaba devolviendo a su casa en Mérida, hace como un mes se había ido con su hermana para Montería y allí se separaron porque a ella le salió una oportunidad en Costa Rica. Yo creo que el joven se aburrió de estar solo y estaba volviendo a su casa cuando pasó eso”, señaló una familiar de Vergara.
Así mismo, recalcan que no sabían mucho de cuál era la situación que estaba viviendo el muchacho, pero algo era seguro, no tenía mucho dinero a la mano y sospechan que esa fue la razón de su asesinato.
“Él, tal vez, buscando la ruta más cercana o menos problemática para pasar, terminó en ese camino, y según nos han contado, hay varias bandas en ese lugar. Seguro le pidieron algo de dinero, pero como no tenía, lo mataron. Sabemos que no estaba bien económicamente porque su regreso de Montería a Venezuela lo hizo a pie”, manifestó la allegada.