Momentos de angustia vivieron los residentes del barrio Rudesindo Soto cuando vieron que una granada fue lanzada contra un vehículo en un parqueadero de busetas, ubicado en la avenida 30, entre calles 16 y 17, sin embargo pasaron los segundos y la detonación no ocurrió.

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En medio de la zozobra, alertaron a las autoridades y pronto una patrulla de la Policía Metropolitana de Cúcuta acudió al lugar de los hechos para atender la situación, la cual era crítica pues el artefacto quedó justo debajo de una de las numerosas busetas parqueadas en el sitio.

Con el mayor de los cuidados movieron todos los vehículos en la zona y a las 10:30 de la mañana de ayer, 24 de agosto, el riesgo quedó despejado. Se acordonó el perímetro y en medio del sol mañanero que acompañaba la ciudad, el artefacto verde brillaba.

Algunos fueron obligados a quedar encerrados en sus casas, mientras los demás veían a la distancia la llegada del equipo de antiexplosivos de la Policía, que hicieron una verificación de lo sucedido. Aparentemente a los delincuentes se les presentó una falla al intentar activar la granada, por lo que el proceso quedó a medias. No era posible recuperarla, por lo que fue necesario detonarla de forma controlada.

Alrededor de la misma pusieron tres llantas viejas, una encima de otra, sobre ellas un par de tablas y encima tres bultos de arena, todo lo suficiente para minimizar los daños de la explosión. Más de una hora después se escuchó el estallido, en medio de los gritos se oía como algunos decían “¡mire el caucho!”, pues por los aires voló un pedazo de llanta, que aterrizó en los alrededores.

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“La explosión fue durísima, si eso hubiera estallado cuando la lanzaron estaríamos hablando de que la buseta quedara inservible y hasta de heridos”, comentó uno de los testigos de este hecho que agudiza la complicada situación por la que pasa una de las empresas de transporte de la ciudad, que en la pasada semana fueron víctimas de tres atentados.

Y es que en la noche anterior, criminales intentaron incinerar una buseta, sin embargo, se conoció que por la reacción del chofer y sus allegados, lograron controlar las llamas, minimizando los daños a solo un caucho dañado.

De igual forma, en la noche del pasado martes, contra la sede de esta empresa lanzaron una granada que sí explotó en su fachada, dejando solo daños materiales. La principal hipótesis de las autoridades apunta a que se trataría de un caso de rehusarse a pagar cobros extorsivos.

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