Recordar el asesinato del cantante vallenato Rafael Orozco Maestre, ocurrido el 11 de junio de 1992, en la entrada de una vivienda ubicada en la calle 96 con carrera 49C, de Barranquilla, también es traer a colación el homicidio de Rosario Ayala viuda de Villamizar, de 39 años, y de su pequeña hija, Diana Carolina Villamizar Ayala, de 8, que se presentó en el barrio La Cabrera, de Cúcuta, ese mismo año pero en diferente fecha, el 16 de marzo.
Y es que el autor intelectual y material de los dos sucesos sería el mismo: José Reinaldo Fiallo Jácome, alias Nano Fiallo.
Después de 28 años de haberse registrado estos hechos se ha podido conocer que este presunto narcotraficante del cartel de la Costa mató al cantante del Binomio de Oro en una disputa por los afectos de María Angélica Navarro Ogliastri, una joven muy agraciada.
En este crimen también participó Sergio Adolfo González Torres, conocido como El Tato, amigo y escolta de Fiallo Jácome.
Cabe resaltar que la última presentación pública de Rafael Orozco con su conjunto vallenato se dio el 6 de junio de 1992 en el hotel Bolívar de la capital de Norte de Santander, una semana antes de su asesinato.
Mientras que el homicidio de madre e hija se habría dado en venganza por la muerte, en Chinácota, de un hermano del Nano Fiallo, en una aparente disputa por una deuda con Germán Villamizar, esposo y padre de las víctimas.
Este doble crimen se presentó el lunes 16 de marzo, hacia las 6:45 p.m., cuando Rosario Ayala y su hija se encontraban en la casa de una hermana, ubicada en la avenida 5 entre calles 17 y 18 del barrio La Cabrera. Según testigos, un hombre entró a la residencia y comenzó a disparar contra quienes se encontraban en la sala.
Las balas alcanzaron a la señora Ayala y a su hija Diana Carolina; mientras que otra menor de edad, sobrina de la mujer, se salvó porque se escondió detrás de un mueble. El suceso causó pánico en ese sector del centro de la capital de Norte de Santander.
Las autoridades de esa época conocieron que José Fiallo Jácome organizó el ataque contra la familia de Germán Villamizar Vargas, porque este había participado en el asesinato de su hermano y como ya había muerto en Ecuador por una cirrosis, no quería dejar pasar la oportunidad para vengarse.
A partir de ese doble crimen, en Cúcuta hubo varias muertes violentas de las que las autoridades no lograron establecer los móviles plenamente, aunque todo apuntaba a que se trataba de la venganza de Nano Fiallo.
La tragedia siguió para los Villamizar Ayala
Aunque el 18 de noviembre de 1992 Fiallo y su escolta Sergio González fueron asesinados en un restaurante de la vía a Las Palmas, en Medellín, la tragedia para la familia Villamizar Ayala no terminó allí.
Todo parece indicar que lo sucedido con la madre e hija tuvo un grave efecto anímico y perturbador en Jorge Iván Villamizar Ayala, hijo de Germán Villamizar y Rosario Ayala, pues, según testimonios de familiares, él era muy cercano a su madre y a su pequeña hermana.
Y tal vez ese hecho llevó a que 17 años después, Jorge Iván, quien era conocido como Ángel y Motoratón, se convirtiera en uno de los colombianos más buscados por la justicia de Estados Unidos, porque mató a dos mujeres –su novia en Cali y su esposa con quien vivía en la Florida (EE.UU.)– e intentó asesinar a otra joven en Nueva York; además era acusado de abusar sexualmente de menores de edad.
(Jorge Villamizar Ayala.)
El primer hecho violento que cometió Motoratón fue en el 2001, cuando mató a su novia en Cali. Un juzgado de ejecución y penas y medidas de la capital del Valle le dictó orden de captura por homicidio y porte ilegal de armas, por lo que salió huyendo del país. Se conoció que este hombre, que para la fecha tenía 37 años, regresó a Cúcuta y luego voló hacia Estados Unidos, donde se radicó.
Según los informes oficiales, en el 2004 este individuo asesinó a su novia Bianca Sierra. En ese momento, el hecho conmocionó a la comunidad hispana del sur de los Estados Unidos. “Durante la pelea él cogió el martillo y le dio un martillazo y la mató”, fue lo que en ese momento aseguró el policía federal, Carlos Guerrero, citado por varias publicaciones de ese país norteamericano.
De los hechos también se conoció que Jorge Villamizar luego de asesinar a su novia, dejó su cadáver en la misma cama que compartían y fueron los dos hijos de la víctima, de seis y nueve años, los que lo encontraron al abrir la puerta de la habitación.
Los detectives asignados al caso hallaron el martillo con sangre, el cual utilizaba para colocar pisos en viviendas del sur de Florida, y en un closet encontraron escondida una cubeta también ensangrentada.
La capturaron
Pese a que Motoratón se escondió por varios años, cambiando de residencia constantemente, las autoridades estadounidenses lograron capturarlo a finales de agosto de 2009, cuando se encontraba en una iglesia en un poblado del estado de Texas. De allí fue extraditado a la Florida, donde llevaron a cabo el juicio que lo condenó a cadena perpetua.
La detención se dio gracias a un programa televisivo que divulgó a nivel nacional en Estados Unidos las fotos de las personas más buscadas por las autoridades federales, y en el que aparecía la imagen de Jorge Iván Villamizar Ayala.
Varios medios de comunicación estadounidenses señalaron que el Servicio de los U.S Marshall arrestó a Villamizar Ayala cuando salía de una iglesia en Brownsville (Texas), luego de que alguien alertara a las autoridades sobre su presencia en aquella población, pues lo reconoció por el programa de televisión “Los fugitivos más buscados”, divulgado por la cadena Fox.
Una vez fue aprehendido, a Motoratón lo extraditaron al condado de Broward, al norte de Miami, para que enfrentara el juicio por los cargos de asesinato en primer grado, por la muerte de su novia Bianca Sierra, a quien le fracturó el cráneo con un martillo.
Un portavoz de la Oficina del Alguacil de Broward también indicó que el cucuteño enfrentó cargos por huir para evitar las acusaciones; por manejar bajo una sustancia ilegal; intento de asesinato en Nueva York y homicidio en Cali y agresión sexual a un menor en Texas.
La condena
Según algunos medios de comunicación de la Florida (Estados Unidos), en diciembre de 2011 Jorge Villamizar Ayala fue condenado a pasar el resto de su vida en prisión, pues lo hallaron culpable de los delitos que le imputaban.
“Los fiscales dijeron que Villamizar Ayala golpeó la cabeza de Sierra con un mazo, robó su auto y huyó del condado de Broward . Fue capturado en Brownsville, Texas, cinco años después. El juez de circuito de Broward, Andrew Siegel, lo sentenció a pasar el resto de su vida en prisión.”, se lee en el medio digital Sun Sentinel, del sur de la Florida.
Según el medio, la mamá de la mujer asesinada por Motoratón sostuvo al final de la audiencia, donde dieron a conocer la sentencia, que: “mató a mi hija y desapareció como el cobarde que es”.
La angustiada madre también describió cómo Villamizar Ayala fue encontrado en 2009 en una iglesia, sosteniendo una Biblia. “Qué hipócrita”, dijo.
Otro dato que se conoció durante el juicio fue que Jorge Villamizar se casó mientras estaba en Texas. Su esposa, Audrey Enciso, asistió a su juicio, a veces era acompañada por simpatizantes de la iglesia.
“Estoy aquí para afirmar que él buscó al Señor”, dijo Enciso sobre su esposo. “Tiene un corazón que busca al Señor”, agregó.
Los abogados del acusado, José Reyes y George Reres, señalaron en ese entonces que apelarían la condena, impugnando los primeros minutos de los argumentos finales de la fiscalía.
“Frente al jurado, el Asistente del Fiscal del Estado, Tom Coleman, había recogido el arma homicida, un mazo de cuatro libras, y lo había derribado contra un podio y una barandilla de mármol, los fuertes golpes puntualizaban la brutalidad del asesinato de Sierra”, sostuvo el medio de comunicación.
Agregó: “Reyes dijo que solicitó una copia del video de una cámara de vigilancia dentro de la sala del tribunal para incluir en su moción apelando la condena de su cliente. Villamizar Ayala no testificó durante el juicio y no dijo nada en su audiencia de sentencia. A lo largo del juicio, sus abogados mantuvieron que era inocente del crimen y trataron de culparlo de la práctica de la santería de la víctima”.
La investigación de Rafael Orozco
Tras el doble asesinato de La Cabrera, Fiallo se fue de Cúcuta a Barranquilla, y en la capital del Atlántico fue involucrado con su amigo, Sergio Adolfo González Torres, alias El Tato, quien también era su escolta, en el asesinato del popular cantante vallenato Rafael Orozco Maestre.
Según los diarios e informaciones entregadas por las autoridades en ese entonces, con la pistola de Nano Fiallo mataron al cantante del Binomio de Oro.
A esa conclusión llegó la Fiscalía en Barranquilla, que cerró el caso en abril de 1994 y definió entonces la situación jurídica de seis personas vinculadas al caso.
El fiscal, Luis Felipe Colmenares, ordenó la captura de Fiallo, pero este, según su apoderado William Cabarcas Gómez, apareció muerto en una calle de Medellín en noviembre de 1992 junto a su guardaespaldas González Torres.
Con sus cuerpos fue encontrada una pistola con salvoconducto, con la cual fueron disparados por lo menos dos de las balas que le fueron extraídas a Orozco; según la prueba pericial, Fiallo Jácome se convirtió desde un principio en pieza clave para el esclarecimiento de este hecho.
Fuentes policiales de ese entonces aseguraron que antes del crimen del cantante, Fiallo asesinó a un joven en las playas de Cartagena. También fue sindicado de otros homicidios. Además, por introducir cocaína a Venezuela, fue capturado en ese país en 1990.
Tanto el padre como un hermano de Fiallo se encontraban para ese entonces presos en Estados Unidos, por cargos relacionados con el tráfico de drogas, según publicaciones de la prensa de junio de 1992.
El periódico Panorama de Maracaibo dijo entonces que Fiallo era venezolano, nacido el 24 de enero de 1964 en Tucupido, estado Guárico. Tenía cédula venezolana y estaba casado con Claudia Méndez.
La Sala Penal del Tribunal Superior de Barranquilla confirmó en abril de 1994 la sentencia del Juzgado Cuarto Penal del Circuito que absolvió a Francisco Manuel Corena Moreno, Alfonso Rafael Ariza De la Hoz y Jorge Navarro Insignares, procesados por el asesinato del cantante de música vallenata Rafael Orozco Maestre.