En medio de los vientos de reapertura total de la frontera entre Colombia y Venezuela, tras los acercamientos del gobierno venezolano con el presidente electo Gustavo Petro, muchos de los interrogantes apuntan hacia el puente de Tienditas, una infraestructura construida entre los dos países actualmente sin uso, debido a la ruptura de las relaciones diplomáticas.
El puente, ubicado en el sector de Boconó, se planificó como una solución a la congestión vehicular de transporte público, particular y de carga que se presentaba por los pasos de los puentes de Simón Bolívar (San Antonio) y Francisco de Paula Santander (Ureña), y con el fin de favorecer la integración económica, social y política de las naciones.
El 27 de diciembre de 2013, el gobierno de Colombia y de Venezuela, por intermedio del entonces director del Instituto Nacional de Vías (Invías) y el viceministro de Infraestructura y Vialidad de la República Bolivariana de Venezuela, firmaron un Acuerdo de Cooperación con el objetivo de ejecución del proyecto de: Construcción del Puente Internacional las Tienditas.
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Este proyecto se ejecutó incluso por un consorcio de obra colombo-venezolano, cuya acta de recibo final data del 30 de agosto de 2017, dos años después de un cierre de frontera decretado desde Venezuela debido al asesinato de tres uniformados de la Guardia Nacional, lo que implicó un cierre vehicular vigente hasta hoy.
No obstante, según los especialistas, el puente es la estructura más nueva e idónea para que fluya el tránsito de carga, para lo cual fue construido, y en el que ambos países invirtieron la suma de US$40 millones.
Este puente binacional tiene una longitud de 280 metros, tres carriles por sentido y un puente peatonal.
¿Qué hay en el puente?
Tras la entrega de la obra, del lado colombiano la estructura ha sido administrada por el Invías, también ha tenido presencia Migración Colombia, e incluso un lugar adjunto al puente sirvió para que se realizara la jornada benéfica ‘Venezuela Aid Live’, evento que catapultó el rompimiento de relaciones entre los dos países a inicios de 2019.
En diálogo con Víctor Méndez Monsalve, director regional de la Cámara Colombo Venezolana, la puesta en funcionamiento del puente de Tienditas será un gran paso para agilizar el intercambio fronterizo entre los países.
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“El puente para nosotros los usuarios aduaneros y de comercio internacional, es la infraestructura más grande y más importante que se ha creado en el departamento para aplicar su función de una aduana moderna, con escáner, con fluidez de lado y lado que funcione como un centro de atención en frontera”, sostuvo Méndez Monsalve.
El representante instó a que en el lugar deben tener pleno funcionamiento instituciones colombianas como el ICA, Invima, Migración Colombia, Ministerio de Transporte, la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa), y sus pares venezolanos, así como funcionaba en los otros dos puentes.
“Tenemos que empezar a trabajar desde el primer día del nuevo gobierno, si se tiene la voluntad de restablecer las relaciones comerciales. Para nosotros los tres puentes siguen siendo importantes y en el momento cuando funcione Tienditas será un desembotellamiento grande y tendremos tres aduanas para hacer las operaciones de comercio internacional”, dijo.
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El primer paso al abrirlo
Carlos Luna, presidente del Comité Intergremial de Norte de Santander, el cual ha hecho acercamientos con Fedecámaras en Venezuela, para hacer unas recomendaciones a los gobiernos de Nicolás Maduro y el nuevo de Gustavo Petro sobre la apertura de la frontera, dijo que el primer paso para abrir es que sea asumido por el Ministerio de Relaciones Exteriores.
“Ese proceso de abrir el puente todavía va a llevar un tiempo mientras se restablecen las relaciones. Hay unos accesos de lado venezolano que faltan terminar para que la infraestructura esté lista y pueda entrar a funcionar como la más moderna en intercambio comercial y control aduanal del país”, mencionó Luna.
Mientras se alista el puente -agregó- la entrada en funcionamiento de la actividad comercial puede comenzar por los otros dos puentes en la capital de Norte de Santander, los cuales considera, “están en toda la capacidad para hacer un intercambio comercial ágil, moderno y seguro”.
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¿Qué hace falta en Venezuela?
Si se habilitara el puente de Tienditas para el paso de cargamentos, del lado venezolano, solo se necesitaría de la instalación de al menos 5 funcionarios del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat) para el sello de los documentos y que la mercancía se dirija a su destino en San Antonio y Ureña, según consideraciones de la Asociación de Auxiliares Aduaneros del estado Táchira (Asoata).
Nelson Urueña, presidente de Asoata, expuso que la estructura, que está acondicionada y nunca se ha utilizado y del lado venezolano, presenta algunas carencias de cableado, fáciles de reponer.
Sin embargo, los miembros de Asoata consideran que los cuatro puentes internacionales que unen a Táchira con Norte de Santander deberían ser habilitados para el tránsito de cargas, debido a que simplificaría el movimiento y descongestionaría las vías.
Desde el 2019, el lado venezolano del Puente de Tienditas solo ha servido para actos políticos y despliegues militares del Partido Socialista Unido como muestra de soberanía.
La entrada a esta estructura binacional está militarizada por funcionarios de la Fuerza Armada Nacional y sus alrededores están plagados de miembros de Ejército de Liberación Nacional (ELN), según información aportada por lugareños, motivo por el cual es descrita como una zona de alto riesgo para quienes intentan transitar por allí.
Voluntad política
Juan Carlos Palencia, diputado de la Asamblea Nacional de Venezuela y miembro de la Subcomisión de Frontera del parlamento, comentó que para que ocurra un intercambio comercial por allí se debe instalar del lado colombiano la oficina de Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) y del lado venezolano deben habilitarse las oficinas del Seniat, las cuales funcionan en el Simón Bolívar.
En cuanto al personal, el diputado refirió que Venezuela sí cuenta con los agentes aduaneros suficientes para activarlos sobre el puente, de hecho -refirió- ya están operativos en aduanas improvisadas en las trochas por donde hoy pasan cargamentos.
Destacó que lo primero que se requiere para la apertura de este puente es la voluntad política, en vista de que la infraestructura tiene la capacidad para soportar el paso de grandes y pesados cargamentos.
“No hay decisión clara, se especula, que tanto el Francisco de Paula Santander, como el Simón Bolívar y el Puente Unión, serían utilizados desde el punto de vista peatonal”, señaló.
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