En las noches de la televisión colombiana, hay un rostro que se volvió imposible de ignorar. José Lombana, con su mirada penetrante y una versatilidad actoral que no conoce límites, se ganó el corazón -y las conversaciones- de los televidentes.

Su más reciente interpretación como Néstor en la serie biográfica de Darío Gómez lo catapultó a un nuevo nivel de reconocimiento, tanto así que el público le otorgó un apodo que lo persigue dentro y fuera de la pantalla: “el amante de Colombia”.

“Es un apodo divertido. Los personajes polémicos crean una conexión única con el público”, admitió Lombana a La Opinión, con una sonrisa pícara, consciente de que su capacidad para encarnar roles complejos lo convierte en una revelación.

Pero detrás de ese mote juguetón y del éxito arrollador, hay una historia de perseverancia, desafíos y sueños que nacieron en un pequeño pueblo de Sucre y que hoy brillan en las producciones más ambiciosas del país.

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Del patio de Corozal a las luces de los estudios

José Lombana creció en Corozal, un lugar donde las artes no eran precisamente una opción profesional evidente.

Sin embargo, su curiosidad innata encontró un impulso inesperado cuando, siendo apenas un adolescente, presenció el rodaje de la telenovela ‘Las Juanas’ en su pueblo. Aquella experiencia, que lo llevó a escaparse del colegio para observar las cámaras desde lejos, encendió una chispa que jamás se apagaría.

“Eso me marcó para siempre”, recordó. El apoyo de su madre y su abuela, quienes siempre incentivaron su expresividad, fue crucial en sus primeros pasos.

No obstante, el camino no fue fácil. Ingresar a la industria del entretenimiento significó enfrentarse a la falta de oportunidades y a una competencia feroz. Pero José estaba decidido a hacerse un lugar.

“Para mí, la clave ha sido estar preparado para las oportunidades. No basta con soñar, hay que estar listo cuando llegue el momento”, afirmó con convicción.

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Los papeles que lo definieron

Durante 15 años de carrera, Lombana demuestra ser un camaleón en la pantalla. Desde su interpretación de Nicolás en ‘Rigo’, pasando por el entrañable Pepe Hinojosa en ‘Leandro Díaz’, hasta Gustavo Ramírez en ‘El Comandante’, cada personaje es una oportunidad para explorar las profundidades de la condición humana.

Sin embargo, fue su papel en ‘Leandro Díaz’ el que lo consolidó como un actor de gran sensibilidad artística. Su química en pantalla con Aida Bossa y la complejidad de su personaje lo convirtieron en una de las figuras más queridas por la audiencia.

“Siempre me atraen los personajes complejos. Me hierve la mente interpretarlos, adentrarme en sus pensamientos y construirlos colectivamente con el director y mis compañeros de set. Ese proceso es fundamental para mí”, explicó.

Ahora, con su interpretación de Néstor en la serie de Darío Gómez, Lombana alcanzó un nuevo pico de popularidad.

Néstor es un hombre libre, sin ataduras ni remordimientos, cuyo comportamiento provoca una transformación crucial en la vida del icónico cantante.

“A Néstor no le importa lo que sus actos causen en los demás. Esa fue la instrucción del director, y con esa libertad empecé a crear un personaje extremadamente fresco y desinhibido. Es la regla número uno del amante: no tomarse nada personal”, reveló entre risas.

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La visión detrás de cámaras

Pero José Lombana no solo brilla frente a la cámara. Como productor, demuestra tener una visión aguda y un compromiso con contar historias significativas.

Fue productor de la multipremiada serie ‘Emma Reyes’, un proyecto que exploró la vida de la célebre pintora y escritora colombiana, y ahora está inmerso en la producción de ‘La Vorágine’, una ambiciosa adaptación televisiva del clásico literario de José Eustasio Rivera.

“Adaptar un clásico tan complejo ha sido un desafío enorme. El equipo de Quintocolor ha logrado traer la historia a un universo contemporáneo, conservando su esencia pero haciéndola accesible para una audiencia moderna”, comentó.

Encontrar locaciones reales que mantuvieran la autenticidad de la obra fue otro reto importante, pero José está convencido de que el resultado hará justicia al legado literario.

Para él, la producción no es solo una extensión de su carrera actoral, sino una forma de ampliar su impacto artístico. “Producir me hace mejor actor y viceversa. Todo está conectado”, aseguró.

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Retos y sueños por cumplir

A pesar del éxito, el actor no se detiene. Sabe que aún hay mucho por explorar. Sueña con interpretar a una figura histórica que haya dejado un legado duradero, y si pudiera elegir, tiene a alguien claro en mente: el reconocido músico colombiano, Lucho Bermúdez.

“No solo su vida, también el legado que dejó al mundo es fascinante. Sería un honor llevar esa historia a la pantalla”, confesó con entusiasmo.

Cuando le preguntan por el secreto de su éxito, José respondió con humildad y determinación: disciplina y preparación.

Para cada personaje, se sumerge en investigaciones exhaustivas, trabaja con coaches y estudia cada detalle minuciosamente.

“Si un personaje tiene un acento particular, lo estudio hasta dominarlo. Me obsesiona llenar cada rol de detalles auténticos. Eso es lo que da profundidad”, afirmó.

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Y aunque la competencia en la industria sigue siendo feroz, Lombana no se amilana.

Para los jóvenes que sueñan con abrirse camino en la actuación, su consejo es claro: “Llénense de habilidades, estén preparados y, sobre todo, sean honestos con su propuesta artística. En lo distinto está el verdadero potencial”.

José Lombana no es solo el amante de Colombia por un apodo nacido de la ficción. Es un artista apasionado que conquista al público con su autenticidad, su versatilidad y su compromiso inquebrantable con el arte.

Desde Corozal hasta las plataformas de streaming más importantes, su historia es un testimonio viviente de que los sueños, con esfuerzo y determinación, pueden convertirse en una realidad imparable.

“Me enfoco en ser un buen actor, un buen productor y, por qué no, un buen ser humano. Seguro para alguien, eso puede ser muy sexy”, concluyó con una carcajada, dejando claro que su aventura en la televisión colombiana apenas comienza.

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