Las Fintech, los neobancos y en sí el sector financiero digital llegó para facilitarles la vida a las personas que desde su celular o pc recurren a pagos de servicios, gustos, alimentos, servicios, viajes, impuestos; o realiza inversiones, acude a créditos o maneja y protege sus ahorros.
Según el informe de Colombia Fintech, con corte a mayo de 2022, las compañías que ofrecen servicio de crédito digital tienen una participación del 33,11 %, seguidas por la de pagos digitales (26,42 %), finanzas empresariales (10,37 %), Regtech (9,36 %), PFM & Wealthtech (8,63 %), Crypto & Blockchain (4,01 %), Crowdfunding (4,01 %), Insurtech (3,01 %) y Neobancos (1,34 %).
En el país, además, se han creado más de 300 fintech en los últimos años y solo entre el 2020 y el 2021 las instalaciones y descargas de este sector tuvieron un incremento hasta de 80 %.
De acuerdo con el organismo mencionado, el sector Fintech ha desembolsado 8 millones de créditos en los últimos años, y los activos totales ya superan los $6,4 billones. Además, de la mano de la mano de este crecimiento, Colombia registra un aumento significativo en cuanto a la democratización financiera.
De hecho, en el 2021, de los 36.4 millones de adultos que hay en el país, el 87.8 % ya contaba con un producto financiero. Y de ese 87,8 %, el 76 % de la población activa en el sector financiero mediante soluciones fintech.
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Aun cuando el crecimiento de la banca digital es un hecho en el país, señaló Diego Gómez, country manager de Celeri en Colombia, 35 % de las entidades financieras no conoce en su totalidad sus obligaciones de compliance. Además, 43 % de las fintech en Colombia no conoce si está bajo el alcance de la Superintendencia Financiera o la Superintendencia de Sociedades.
“En el 2022, la Superintendencia Financiera impuso sanciones por más de 5 mil millones de pesos por incumplimientos a obligaciones de compliance o por falta de implementación de procesos y prácticas de compliance”, explicó Gómez.
Ante ello, el sector financiero colombiano, tanto la banca tradicional como las entidades disruptivas que han surgido en los últimos dos años, tiene varios retos para fortalecerse y consolidarse en el tiempo.