El mundo, en el Día Internacional de las Mujeres 2024, ha puesto su foco en un enorme desafío para avanzar en la igualdad de género, un imperativo de los Derechos Humanos, manifestando que existe aún un gran reto en la falta de financiamiento de ellas que se refleja en ausencia de políticas, pobreza, desempleo, discriminación y violencia.
Y, justamente, la historia de la microempresaria de Bancamía, Dana Araque, será protagonista en el evento ‘Acelerar la igualdad, una agenda conjunta’, que realizará ONU Mujeres y la Fundación Microfinanzas BBVA en Madrid (España), en la antesala de esta conmemoración global, cuyo lema este año es ‘Invertir en las mujeres, acelerar el progreso’.
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La vida de Dana Araque, de 56 años y oriunda de San Vicente de Chucurí (Santander), ha transcurrido en un estrecho vínculo con el campo. Desde su infancia, en medio de una familia numerosa, aprendió las labores propias del entorno rural y el cuidado y el cultivo de un producto que distingue a la región desde hace varias décadas: se trata del cacao, también bautizado por los lugareños como ‘el fruto de la paz’.
Años después, junto a su esposo y sus hijos, ella continuó con el propósito de plantar cacao -y otros cultivos como cítricos- y fortalecer su comercialización, pese a los desafíos que impusieron distintos periodos violentos, derivados del conflicto armado y del desplazamiento forzado.
Pero, como buena emprendedora, con el paso de los años, Araque retomó el camino del ‘fruto de la paz’ y encontró posibilidades para agregarle valor a su producción y comenzar a ir más allá con el desarrollo de productos como chocolate de mesa, chocolate artesanal y, también, licor de cacao para repostería.
Y para lograrlo, no solo usó los conocimientos heredados de sus padres, sino que tomó la decisión de estudiar en el Sena (de Piedecuesta, Santander) para lograr una visión más tecnificada que le abriera mayores posibilidades de progreso. Mientras creaba diferentes derivados del cacao para ponerlos a la venta, se dio cuenta de que necesitaba un apoyo notable para fortalecer el proceso que había comenzado a pequeña escala.
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Esto la llevó a buscar soluciones financieras para hacer crecer su negocio y así financiar sus actividades productivas.
Con los recursos desembolsados por Bancamía, entidad de la Fundación Microfinanzas BBVA, a través de varios créditos, esta microempresaria (que fue una de las ganadoras del premio ‘La Microempresa del Año’, entregado en octubre de 2023) fortaleció su marca Chocolate Artesanal Montebello, con inversiones que logró hacer en maquinaria y en adaptaciones para mejorar los procesos de cultivo del cacao en su finca.
Pero sus sueños van más allá, pues busca que sus productos tengan registro Invima, cuenten con empaques ecológicos, e incluso, le apunta a hacer del cacao una experiencia agroturística de alto nivel.
“Históricamente, las mujeres han estado excluidas del sistema financiero, por diferentes razones como la falta de garantías reales, historial crediticio, informalidad y educación, entre otros. El modelo de las microfinanzas y de banca relacional que trabaja Bancamía ha permitido derribar estas barreras para enfocarse en el apoyo a la capacidad productiva de ellas quienes, en muchos casos, emprenden por necesidad, mediando el cuidado de sus hijos y familias, con la atención y el crecimiento de sus negocios”, señaló la presidenta ejecutiva de Bancamía, Viviana Araque Mendoza.
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55% de microempresarios atendidos son mujeres
Son más de 183.000 emprendedoras atendidas por Bancamía: un 33% de ellas tiene, a lo sumo, educación primaria, 36% vive en zonas rurales, 88% se encuentra en condiciones de vulnerabilidad económica y 16% son jóvenes menores de 30 años.
Estas cifras reflejan condiciones que pueden representar barreras, pero que han sido superadas, en muchos casos, con una oferta de valor que reconoce sus necesidades reales para que puedan acceder desde lo productivo a financiamiento, alternativas de ahorro, protección con microseguros y programas de educación financiera.
Así, el 40% de las clientas del banco se dedica a actividades de comercio; 26%, a servicios; otro 20%, a labores agropecuarias, y un 14% a transformación.
En el seguimiento al crecimiento de las mujeres con sus negocios, Bancamía cuenta con un sistema de medición de impacto que le permite evidenciar que las mujeres emprendedoras que atiende crecen interanualmente 10% sus ventas y después de 3 años de relación con el banco, el 48% salen de la línea de pobreza.
Con esta realidad, Bancamía avanza en su propósito de acompañar a poblaciones vulnerables como las mujeres, y en el estudio realizado en alianza con CAF (Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe), denominado ‘Journey 360 mujer Bancamía. Determinantes para favorecer la inclusión financiera de las mujeres’, que abordó de manera holística las necesidades y desafíos de ellas más allá de la financiación, se pone de presente que el empoderamiento de las mujeres, su autonomía económica, debe ser uno de los focos de las entidades financieras que ven o empiezan a ver una correlación entre la exclusión al sistema financiero, la pobreza y el desarrollo, con una visión óptima hacia la educación y creación de productos financieros con enfoque de género.
“Para seguir avanzando es clave acompañar el fortalecimiento del rol de las mujeres hacia nuevas dinámicas en la productividad del país, donde ellas juegan un papel determinante al ser emprendedoras y generadoras de empleo, porque logran acceder para que sus derechos e ideas sean financiadas y cuando esto pasa pueden dejar atrás condiciones de pobreza gracias a sus actividades productivas, fortaleciendo su autonomía económica”, concluyó Araque Mendoza.
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