En este año electoral, propicio para que los aspirantes a conducir entre 2024 y 2027 las riendas de Cúcuta sugieran y hagan propuestas para modernizarla dentro del concepto de una urbe amable e incluyente, hay un aspecto sobre el cual resulta interesante conversar.
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Se trata de la teoría de las ciudades 15 minutos que, obviamente, debería considerarse teniendo presentes las características propias, porque no se trata de copiar o calcar, puesto que aquí habría necesidad de considerar el área metropolitana.
La idea fue concebida por Carlos Moreno, especialista en urbanismo y profesor de la Universidad Pantheon-Sorbonne de París 1, y popularizada por Anne Hidalgo, alcaldesa de París (Francia).
En términos sencillos, este concepto de planificación urbana consiste en que un cucuteño -en nuestro caso- pueda atender todas sus necesidades en un lapso de 15 minutos desde su casa o apartamento, bien sea caminando o en bicicleta.
Retomando lo expuesto por el especialista, y superponiéndolo en la capital nortesantandereana, que usted para ir al trabajo, a la clínica, al supermercado, al banco, al parque, al estudio o a divertirse no se gaste más de un cuarto de hora en llegar o regresar.
Ahí, por ejemplo, encajaría perfectamente el tan comentado pero tan lentamente ejecutado proyecto de los ‘Corazones de Barrio’, que tiene por objeto descentralizar servicios y diligencias de despachos gubernamentales y de empresas de servicios públicos y otras instituciones.
Es interesante que planteamientos como este empiecen a ser discutidos y determinar las factibilidades, de como lo afirma Moreno, “en una ciudad no haya que desplazarse mucho -no más de 15 minutos- desde el lugar donde se vive, ya sea para ir a trabajar, para hacer la compra, para acceder a la sanidad, para disfrutar de la cultura o para relajarse”.
Ahí tendría que haber un elemento fundamental ligado a esto para el caso cucuteño, cual es el de la renovación urbana en diversos puntos del centro y el corazón de la ciudad, pero al mismo tiempo hacer desarrollos para ayudar a esos sectores habitacionales a contar con elementos complementarios.
En este caso entonces, entraría a jugar un papel muy ligado con la corrupción de alcaldes y concejales que violando las normas venden las zonas de cesión que dejan los urbanizadores e impiden que la gente tenga las áreas verdes suficientes para esparcimiento y hasta para hacer áreas administrativas.
Viendo todo esto, resulta razonable lo manifestado por Moreno sobre aprovechar al máximo los espacios existentes para ponerlos al servicio de la gente. “Los edificios en desuso podrían convertirse en espacios de trabajo colectivo. Los colegios podrían abrirse los fines de semana para actividades culturales. Un pabellón deportivo de día podría convertirse en una discoteca de noche. Las cafeterías podrían acoger clases de idiomas por las tardes y los edificios públicos podrían acoger conciertos los fines de semana”, es su argumento.
Las ciudades al igual que los humanos son cambiantes y necesitan audacia en la planeación para su desarrollo, motivo por el cual, planes como el elemento de ciudad 15 minutos requiere ponerlo en el foco de la discusión entre los cucuteños que hoy nos quejamos del asfixiante trancón, por hablar tan solo de uno de los agobiantes problemas. Que se abra el debate.
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