Se termina el 2025 y el comercio binacional con Venezuela deja una cifra positiva: un intercambio total por los puentes internacionales de alrededor de US$1.300 millones, de acuerdo con estimaciones de los gremios. A corte de noviembre, se acercó a los US$1.100 millones.
Sin embargo, la meta de superar por US$300 millones el indicador anual pasado (US$1.200 millones), es decir, un 20%, para llegar a US$1.500 millones, no se cumplirá y solo aumentaría alrededor del 9%.
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Es por ello que representantes de las organizaciones que integran el Comité Intergremial Binacional se reunieron para evaluar las cifras de las importaciones y exportaciones y los retos de cara a 2026.
La presidenta de Fedecámaras Táchira, Gipsy Pineda, dijo que los últimos meses no tuvieron el resultado esperado, después de arrancar en enero con tendencia al alza en cuanto a la participación de los empresarios venezolanos en la balanza.
“Lamentablemente, a partir de octubre, hubo una disminución por parte nuestra y, para noviembre, tenemos una participación del 7,6%. El año pasado cerramos en 10%”, detalló Pineda.
La líder gremial dijo a La Opinión que esto se debe a una evidente falta de competitividad, que no es imputable a sus empresarios, porque las compañías venezolanas padecen ciertas limitaciones y barreras estructurales por la situación del país, las cuales deben ser superadas para poder crear condiciones y ser más competitivos.
El director de Asuntos Binacionales de Fedecámaras Táchira y presidente de la Federación de Licoreros de Venezuela, Johnson Delgado, sostuvo que la formalidad debe ser el camino para impulsar el comercio entre ambos países, principalmente en la industria que él representa.
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“Hemos visto que el contrabando desde Colombia ha afectado nuestro mercado, porque cuando esos productos ingresan por los caminos verdes no se puede competir en precios. Si es por la vía formal, nosotros podemos hacerlo. Pero, por ejemplo, una caja de cerveza en lata de contrabando en San Cristóbal sale como en $50.000 y la nuestra vale $70.000. Así no es fácil”, expresó Delgado.
El director de la Cámara de Comercio, Industria y Producción de San Antonio del Táchira (Ccipsa), Indover Sayago, reconoció que desde hace más de 15 años hay un estancamiento comercial. Por ello decidieron, con los comerciantes y empresarios locales, iniciar una nueva era, apuntando a las nuevas tecnologías y tendencias para reactivar esa zona de frontera.
“Creamos la agenda San Antonio 360° para reactivar todo el tejido productivo, tanto de San Antonio como de Ureña, Táchira y Norte de Santander. Que esto sea una fuerza más para que nuestra región siga escalando”, resaltó Sayago, indicando que solo un 20% de las empresas está activa.
El representante gremial presentó al Estado venezolano un plan para establecer un régimen de almacenamiento y facturación, que permita la instalación de casas importadoras de nuevo en San Antonio, con el fin de que el pequeño y mediano empresario. Esperan el próximo año lleguen las primeras, con las cuales ya han tenido conversaciones.
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El director de la Región Oriente de la Cámara Colombo Venezolana, Víctor Méndez, quien encabezó el encuentro gremial, destacó dos logros importantes: la importación de varilla o cabilla de acero desde Venezuela, después de 15 años sin hacerlo, y la grandes exportaciones de ganado desde Colombia, que se sumó a los productos tradicionales (confitería, alimentos, medicinas, entre otros).
Urgen ZEEB, balanzas y menos alcabalas
Los gremios venezolanos insistieron en la necesidad de materializar pronto la Zona Económica Especial Binacional, porque este espacio permitirá tener un ecosistema apropiado para legislar con base en las necesidades de la frontera e impulsar la formalidad.
“Hay que seguir empujando, levando nuestra voz al Ejecutivo nacional para que sea decretada esa Zona Económica Especial Binacional. Lo económico debe estar preservado frente a lo político, y la manera de hacerlo es definiendo un territorio en donde se generen condiciones, estabilidad y seguridad jurídica para la inversión”, recalcó Gipsy Pineda.
Víctor Méndez manifestó que la Zona Económica permitirá equilibrar la balanza comercial. Además, insistió en el llamado que hizo durante todo el año: una ventanilla única de trámites que agilice los procesos y la instalación de las dos básculas de importaciones y exportaciones en el puente Atanasio Girardot, inaugurado el 1 de enero de 2023.
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“Esperamos que en el primer trimestre se vean los avances en eso. Es una responsabilidad que la DIAN asumió. El puente Atanasio Girardot es un territorio aduanero que se debe aprovechar; hay unos cuartos fríos que tenemos que poner a operar. O sea, tenemos la oportunidad de tener una región con todos los avances logísticos para ser más competitivos y atraer más clientes”, subrayó.
Johnson Delgado resaltó que, desde el lado venezolano, se necesitan trabajos de recuperación vial en las rutas a Ureña, Rubio y San Cristóbal. Igualmente, pidió a las autoridades venezolanas disminuir el número de alcabalas —de la Guardia Nacional Bolivariana y la Policía— entre San Cristóbal y San Antonio, porque “con tres son suficientes y no las 13 o 14” que ha observado.
También sostuvo que los agentes de tránsito de Villa del Rosario deben eliminar el puesto de control cerca del Templo Histórico, debido a las denuncias de extorsión a conductores venezolanos que él ha recibido.
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