“Llegan muchos jugadores de experiencia, entre ellos Édgar Moreno. Comienza la pretemporada y yo quería estar ahí, ganarme un puesto, no solamente hacer parte de la plantilla, sino tener minutos. Fue un proceso difícil, pero se disfrutó bastante. Me dieron la oportunidad de jugar partidos de local, empecé a escalar y a tener más minutos queriendo estar como sexto o séptimo hombre. El sexto fue ‘Chiquillo’, gracias a Dios se dieron las cosas y logramos ser campeones”, recordó Baquero, hoy con 41 años.
Tras ese primer título, el guajiro se consolidó en el equipo que quedó a cargo de Meléndez luego de la salida del boricua Julio Toro.
“Tuve más oportunidades, más minutos, más protagonismo, fue un año inolvidable por el bicampeonato. Fueron momentos gratificantes porque llegó equipo solo, sin conocer a nadie, peleando por un espacio para mostrarme. Confié en mis capacidades y sabía lo que tenía, lo que podía dar y la garra para estar en el equipo”, expresó.