El líder comunal también comunicó que cuentan con una Casa de la Juventud en la avenida 18, en la cual los jóvenes pueden aprender teatro, danza, violín y otras artes. Añadió que en ese recinto también trabaja el Consejo de Juventudes. Por otra parte, la comunidad destacó que cerca tienen dos iglesias y el Policlínico de Atalaya, en el cual han nacido muchos de los habitantes actuales.
Asimismo, los ciudadanos informaron que cuentan con tres colegios, siendo el Pablo Neruda el más reconocido, pues siempre se ha destacado por sus buenos puntajes en el Icfes.
El presidente de la junta mencionó que otro aspecto positivo es la unión que hay entre vecinos en las fechas especiales. Indicó que uno de los momentos más importantes para ellos es la polvorada que realizan cada 30 de noviembre para recibir el mes navideño.
“En un espacio deportivo de la urbanización vienen profesionales y lanzan fuegos pirotécnicos de diferentes tamaños y colores. Ese evento reúne a todos los vecinos durante la noche”, puntualizó Rincón.
De igual manera, Barón aseguró que gozan de buenas rutas de transporte y servicios públicos.
Como curiosidad, Rincón comentó que en la primera etapa conviven junto a varios gitanos y que, hasta hace unos 40 años, existían tres lavaderos comunitarios en la zona.
“Las personas se reunían a lavar sus prendas a mano en grandes espacios; eso cambió cuando nos mejoraron las redes de acueducto”, precisó el líder comunal.
Tierra de gitanos
Con respecto a la comunidad gitana que vive en este sector, La Opinión conoció que allí residen alrededor de 500 personas. Su llegada a esta urbanización se remonta al año 1970, cuando decidieron mudarse por algunos gitanos que ya se habían radicado años antes en el lugar.
En sus primeros años en Cúcuta, esta comunidad fue conocida por la lectura de manos que realizaban en los parques Santander, Mercedes Ábrego y Antonia Santos; sin embargo, declararon que desde hace más de diez años ya no se dedican a esta labor por respeto a Dios. También aclararon que no todos trabajaban en dicha actividad.
Hoy en día, los gitanos de la primera etapa siguen conservando aspectos de su cultura. Algunos de ellos son su dialecto catalán, en el que siguen hablando entre sí, y la vestimenta de las mujeres, que se caracteriza por sus faldas largas. Asimismo, este grupo originario de España siempre se ha caracterizado por trabajar de manera independiente. En este sector de la ciudad se dedican principalmente a la compra y venta de automóviles.
Siga leyendo: Segunda edición del Festival Universitario de Cine Unipamplona tiene las inscripciones abiertas
Además, como costumbre, se reúnen dos veces a la semana para congregarse y orar. Este medio conoció que los gitanos tienen una buena relación entre ellos y también con los vecinos; incluso, en la urbanización les han ayudado a los niños con sus tareas al momento de explicarles sobre su cultura.
Una de las tradiciones más marcadas de ellos es la manera en que contraen matrimonio. Se informó que este se lleva a cabo a través de los padres, y que las celebraciones se distinguen por comer carne de cerdo acompañada de repollo, papas.
De igual manera, los gitanos manifestaron que su cultura sigue vigente hoy en día, pues les enseñan a sus hijos sus tradiciones.
Lo Malo
Algunos aspectos negativos que los habitantes resaltaron de la urbanización son el consumo y la venta de estupefacientes en los espacios públicos y en las cercanías del Policlínico. Narraron que, aunque la Policía ha realizado intervenciones, esta situación vuelve a repetirse.
También se conoció que, hasta el presente año, la comunidad logró recuperar su salón comunal, el cual permaneció invadido por un particular durante tres décadas. Aunque la situación se solucionó en agosto pasado mediante procedimientos judiciales, el inquilino les dejó una millonaria deuda de casi 80 millones de pesos en servicios públicos.