En lo que va de año, el Centro Automático de Despacho (CAD) de la Policía Metropolitana ha recibido 1.705 llamadas por perturbación a la tranquilidad generada por contaminación por ruido, solo en Cúcuta. 

Una buena parte de esos llamados tienen que ver con la música bulliciosa de establecimientos nocturnos y alguna fiesta privada, pero también los hay por el sonido perturbador de cornetas, megáfonos y parlantes que emplean comercios o vendedores informales para ofrecer aguacates, frutas y  verduras.

La contaminación auditiva toma particular nivel en el centro de Cúcuta, donde al alboroto callejero se suma el sonido de las cornetas de los carros, cuando los conductores intentan con este método avanzar con ligereza entre los acostumbrados trancones. 

La particularidad no se genera solo en la zona céntrica. Dentro de esas llamadas a la Policía se cuentan las que hacen desde las zonas residenciales y clínicas o centro de salud por donde también se protagonizan escándalos estrepitosos sin ninguna resistencia de las autoridades. 

Al respecto, poco pueden hacer las autoridades pues, por orden de competencias, parece no estar clara la responsabilidad frente a quién tiene a su cargo el deber de medir y sancionar conductas que tipifiquen la contaminación por ruido.

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El coronel Carlos Andrés García, comandante encargado de la Mecuc, menciona que ante estas situaciones siempre hay una atención oportuna de los cuadrantes, pero la presencia policial casi nunca va a acompañada de una sanción, precisamente porque el comparendo debe estar acompañado de una prueba para medir el ruido.

Dijo que para esta medición se emplean equipos que posee la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor) y sin el cual, cualquier sanción estaría desapegada a la norma, por lo que la mayoría de las veces, tienen que resolver el asunto por la vía de la mediación y el diálogo. 

Se refiere a los sonómetros, instrumentos que se utilizan para medir el nivel de sonido en un ambiente determinado. Sin embargo, no es lo único que se necesita porque para establecer los niveles permitidos, también se requiere un mapa de ruido y el municipio, tampoco tiene uno.

Los avances

Hace exactamente un año, la Alcaldía de Cúcuta anunció que en convenio con la Universidad Francisco de Paula Santander, empredió monitoreos en diferentes puntos de la ciudad para analizar los niveles de ruido ambiental.
En esa ocasión, informaron que se habían hecho en la ciudad 246 monitoreos en las comunas 1, 2 y 6, en las cuales se identificaron 7.841 puntos generadores de ruido y 1.071 posibles receptores.

Las mediciones de ruido, dijo el alcalde Jairo Yáñez en esa ocasión, les permitirían tener una línea base o diagnóstico para generar la política pública de ruido ambiental con la cual podrían mitigar posibles efectos adversos sobre la salud pública. Sin embargo, su implementación no se ha materializado. 

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Por otro lado, también el noviembre del año pasado, la administración emitió el decreto municipal 0318, en el cual prohíbe el uso de megáfonos, altoparlantes y amplificadores, con el fin de controlar la contaminación auditiva.

Hidela Benítez, secretaria de Gobierno municipal, dijo que en su cumplimiento, han realizado incautaciones de los elementos que generan la contaminación ambiental por ruido en el marco de la aplicación de la ley 1801 de 2016 (Código Nacional de Policía y Convivencia).

Sin embargo, explicó que la medición de los niveles de contaminación ambiental por ruido “corresponde única y exclusivamente a Corponor” y que el municipio, de momento, no cuenta con una secretaría, subsecretaría o dependencia para el manejo del medio ambiente. Dijo que han incautado 10 elementos que generan ruido (bafles, megáfonos y cornetas) en posesión de los vendedores en el barrio La Playa y que la tarea se dificulta porque ante la presencia de las autoridades durante los operativos, los comerciantes formales e informales esconden los equipos.

Mapa de ruido

En respuesta al tema de competencias en materia de contaminación por ruido, Jorge Arenas, subdirector de Medición y Análisis Ambiental de Corponor, indicó que la corporación solo tiene la responsabilidad de elaborar el mapa de ruido del municipio, para que la Alcaldía, a través de sus políticas públicas, trabaje en pro de su cumplimiento.

“El mapa de ruido establece los límites máximos y mínimos permisibles en cada uno de los sectores con base en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y eso es lo que realiza Corponor, aunque no se ha elaborado”, explicó.