Las personas con capacidades especiales, víctimas del conflicto armado, población vulnerable y que vienen del territorio venezolano han encontrado en la Fundación Arduvi una oportunidad para incluirse en la vida sociolaboral de la ciudad.
Para muchos cucuteños Arduvi es sinónimo de una buena cafetería, un sitio ideal para compartir y degustar deliciosos postres con sus seres queridos, sin embargo, más allá del olor a café y de las sonrisas por parte de los anfitriones, se escuchan historias, batallas y un propósito claro y fijo, incluir con amor.
La labor inició en 2021 con el fin de brindar apoyo y acompañamiento a las comunidades menos favorecidas.
Según cuenta Dayana Duque Espinosa, directora general de la Fundación, su familia paterna siempre tuvo el don de ayudar y de dar a quien lo necesitara. “Recuerdo que mi abuela nunca demeritó a nadie, siempre daba el valor del ser humano, de ser persona, enseñanza que aprendió mi padre y que yo también recibí”, dijo.
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La joven graduada en Derecho y que demuestra un gran amor hacia su familia y trabajo contó que el primer lineamiento de la organización fue la generación de empleo a personas con capacidades especiales, por ende, pensaron en la creación de un café con servicio al público, un lugar donde ellos tendrían contacto con las personas y realmente se les diera el peso de la inserción sociolaboral, por tanto, este establecimiento sería una extensión de la fundación.
Los primeros pasos
A raíz de una alianza con el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) en temas relacionados con la formación y certificaciones laborales, hicieron una convocatoria y selección de hojas de vida junto con profesionales expertos en el tema (algunos de Arduvi, otros del SENA).
“Fue con miedo, de hecho yo era una de las que más le temía a la situación y me preguntaba el cómo los íbamos a contratar o qué iba a pasar, pero si se puede, tenemos un equipo jurídico óptimo”, afirmó la directora.
El proceso duro tres meses, mientras se adecuaba la cafetería y se ajustaban los documentos legales y jurídicos, las personas escogidas comenzaron a tener un acompañamiento psicosocial, tanto ellos como sus familias, y a capacitarse en atención al cliente hasta el día de la inauguración.
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A pesar de los pensamientos intrusivos y los temores de ese momento, la acción social fue un éxito debido a que sus nuevos trabajadores lograron mejorar sus relaciones interpersonales y llevar una vida normal porque, para Dayana, las limitaciones no existen.
Sin embargo, sí hubo un choque cultural cuando las puertas del establecimiento abrieron, dado que algunos comensales no entendían el porqué esa población laboraba ahí. “De hecho, una vez un comensal nos dijo que porque lo atendía un ‘mongólico’, o sea, no leen la finalidad de este espacio”, comentó.
Actualmente, en la cafetería trabajan 19 personas que cumplen con horarios de media jornada y hacen parte de la nómina con todas las prestaciones sociales que exige la ley. Uno de ellos es Cristian Arley Torres Guerrero, quien tiene 36 años y posee síndrome de Down, pero que activamente recibe y atiende a todos con una enorme sonrisa.
Además, es el primer café de Latinoamérica donde más del 80% de sus colaboradores pertenecen a esta población.
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Ayuda a migrantes
Hasta la fecha, han ayudado a más de 60 migrantes venezolanos con su reinserción laboral, la idea está encaminada a que ejerzan la profesión que estudiaron en su país de origen en la ciudad.
Por tanto, la fundación activa todas las rutas pertinentes y hace el respectivo acompañamiento jurídico para que tengan su documentación al día y los papeles necesarios para acceder a un trabajo digno.
“Al inicio hicimos muchas campañas en el puente Simón Bolívar, repartíamos panfletos y queríamos que conocieran que tenían un lugar que les podía echar una mano”, mencionó Duque Espinosa, quien agregó que trabajan en el área de panadería y repostería del café.
Intervención en Colinas del Tunal
Este año, teniendo en cuenta la importancia de la prevención y atención de la salud mental de los cucuteños, iniciaron un convenio con la población del asentamiento humano Colinas del Tunal de la Comuna 6.
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Este proyecto tiene como propósito implementar acciones orientadas a fortalecer la atención psicosocial e intervención en psicología clínica, la potencialización de capacidades individuales, familiares, colectivas/comunitarias y apoyo en la gestión para la inserción sociolaboral de cuarenta familias, es decir, alrededor de 150 personas beneficiadas.
Al primer encuentro, asistieron 140 ciudadanos en extrema vulnerabilidad que se atenderán de acuerdo con las siguientes características: Quince familias con integrantes de personas con capacidades especiales, diez que son migrantes provenientes de Venezuela, diez víctimas impactadas dentro del marco del conflicto y cinco familias en extrema vulnerabilidad y riesgo social.
Las siguientes acciones que se implementarán serán las visitas de los profesionales en psicología y trabajo social a cada unidad familiar. Asimismo, tienen como objetivo final contribuir a la transformación de sus vidas, así como fortalecer la salud mental de ellos y sus comunidades.
“Estamos próximos a firmar el segundo convenio que es con el municipio de Los Patios, donde también estaremos con 40 familias y aleatoriamente iremos a Villa del Rosario, es decir, en estos tres meses la Fundación Arduvi va a estar tratando a 120 familias mixtas”, enfatizó la directora general, quien espera dar los resultados de este proyecto a finales de marzo de este año.
Redacción: Valentina Robles Angarita
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