Preocupados se encuentran los habitantes del barrio Galán de la comuna 10 de Cúcuta, pues aseguran que, en el sector, cada vez hay más consumidores de droga y habitantes de la calle, situación que les genera inseguridad.
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La comunidad señala que en vista de que el Hospital Mental Rudesindo Soto está ubicado en su sector y allí prestan servicios para ayudar a jóvenes y adultos con problemas de adicción y que inicien su proceso de desintoxicación, esto ha desencadenado que en el barrio sea común ver grupos de varios muchachos que salen de allí, pero no con las mejores intenciones.
“El barrio y sobre todo los alrededores del Hospital se vuelven el punto de encuentro de ellos. Hay muchos jóvenes que vienen todos los días a un programa que ofrecen para desintoxicarse, pero cuando salen se reúnen con las malas juntas, arman parches ahí, consumen y pues lo que queremos es más control”, dijo un líder barrial del sector, pero que por su seguridad prefirió no ser identificado.
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La comunidad considera que estos programas no deberían implementarlos en zonas tan vulnerables, pues para ellos esto aumenta la problemática, ya que en el barrio hay colegios, escenarios deportivos y parques donde se reúnen muchos niños y adolescentes que fácilmente pueden caer en el mundo de las drogas.
“La Policía hace rondas porque sabe que está el Hospital Mental, pero creemos que un lugar como estos debería reforzar más su seguridad, no solo adentro, sino también en sus alrededores, más vigilantes que hagan respetar el lugar”, dijo una vecina del sector.
Los vecinos señalan que hay muchos expendedores de droga que se camuflan entre gente del común para distribuirla, por lo que ya no pueden confiar en nadie del barrio, pues todos “son sospechosos”.
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“Las autoridades han hecho brigadas, se han hecho mesas de trabajo de seguridad, pero la problemática en lugar de disminuir va es creciendo y nosotros sin poder hacer más”, precisó otro habitante de Galán.
Hospital Mental responde
Alexander Noguera, subgerente administrativo del Hospital Mental Rudesindo Soto, indicó que, no solo han tenido que enfrentar la problemática que se presenta en las afueras de la ESE, sino también lo que pasa en el Canal Bogotá, en los alrededores del Cementerio Central y otros sectores cercanos donde hay bastante presencia de habitantes de calle.
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“Tenemos aquí nuestros pacientes que están en proceso de rehabilitación en un programa de farmacodependencia y estos son muchachos vulnerables porque deben tener contacto con personas que no están dentro de ese proceso de rehabilitación. Ellos vienen acá, se les suministra el medicamento y luego se les da salida, cada proceso puede durar 20 minutos y es diario, eso es un proceso ambulatorio”, explicó Noguera.
El funcionario mencionó que, con el objetivo de evitar que los usuarios que asisten al programa de desintoxicación tengan contacto con otras personas a las afueras del Hospital, han implementado la estrategia “Mental Bus” tres veces a la semana.
“Nosotros tenemos un bus y este establece una ruta. Los muchachos ingresan al bus se les trae, se les entrega el medicamento y se devuelven a sus lugares de residencia”, señaló Noguera.
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También cuentan con la estrategia llamada “Metadona en casa”, para que aquellos pacientes con buena adherencia al tratamiento no tengan que asistir al Hospital todos los días y “así disminuir las reuniones de ellos en los alrededores”.
De igual, forma iniciaron una prueba piloto del “Programa Pares”, con jóvenes que están en el programa de desintoxicación, llevan procesos exitosos y “van a ayudar con consejerías y actividades hacia los jóvenes que vienen todos los días a la toma de metadona a implementar acciones de ocupación del tiempo libre y proyectos de vida”, precisó el funcionario.
El subgerente señaló que sí existe un vigilante en los exteriores del Hospital que hace rondas constantes, precisamente para evitar la aglomeración de habitantes de calle y para evitar que boten basuras.
En el programa de desintoxicación hay 122 jóvenes, 26 en casa, 16 en ruta y 5 en otros municipios de la región.
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