En la Comuna 4, en límite con la frontera venezolana, hace 36 años no había más que unas cuantas casas a orillas del río, que con el tiempo se convirtieron en el barrio Nuevo Escobal, un sitio tranquilo al parecer de sus habitantes, pero que desde hace un tiempo viene presentando un choque cultural con la comunidad indígena yukpa.
Allí mismo, los parques están cubiertos de maleza, a pesar de intervenciones hechas en administraciones pasadas.
No muy lejos de allí, se encuentra la urbanización Heliópolis, que después de 25 años de inundaciones de barro y agua hasta la cintura, los vecinos de esta zona al fin podrán gozar de mejor infraestructura gracias a la construcción de un sistema pluvial de alcantarillado.