Chinácota se caracteriza por su clima templado, que no pasa de 25 grados centígrados, y por sus bellos y enormes campos, donde cultivan y crían ganado. José Manuel Jácome es un hombre de 81 años nacido y criado en este municipio, donde fue lechero desde hace más de cuatro décadas; hoy en día, sus hijos continúan la tradición del negocio familiar.
La idea del emprendimiento comenzó en 1980 con un amigo de Jácome, cuando las ventas de leche eran buenas para ellos. En ese entonces, un señor de Santander le vendió a Jácome la mitad de una lechería, con la que le permitió comercializar y posicionar su nombre en el gremio.
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José Manuel contó que, con su socio, iniciaron con un carrito viejo. El estado del vehículo en ocasiones dañaba el líquido, pero lograban vender 1.000 litros de leche diarios.
Aunque el fiel compañero de Jácome ya no vive, él aún recuerda las grandes aventuras que vivieron a bordo del auto lechero.
“Recuerdo que con mi compañero sacamos un carro fiado, de los años 80, en esa época la leche se transportaba hasta Venezuela, pero, con la caída del bolívar, todo se nos complicó por la deuda y el poco dinero que se generaba con la venta de la leche”, manifestó José.
En ese entonces, aunque ambos estaban enamorados de este oficio, a pesar de que en la época el bolívar bajó de 17 a 10 pesos, dejando pérdidas en su negocio, nunca se rindieron y continuaron con su emprendimiento.