En medio de las dificultades, que no son pocas por las que atraviesa nuestra ciudad, es oportuno que surjan situaciones que nos apartan de esos acontecimientos y nos alegran por la posibilidad de ser nuevamente los mejores, de tal forma que la ilusión aflora y eso refresca el ánimo de quienes habitamos esta calurosa urbe.
El equipo de todos, el Cúcuta deportivo, de nuevo está luchando con la intención de lograr ser el campeón en la B y lograr el ascenso a la máxima categoría del futbol profesional en nuestro país. La tarea no es fácil, pero la ha afrontado con mucho entusiasmo sin que falte la pasión. La actuación en la Copa Betplay fue muy buena, dejó en el camino a equipos que compiten en la categoría A y en la semifinal empató como local contra Millonarios, equipo que terminó temeroso defendiendo un resultado y arrinconado en su propio campo, lo cual es muy diciente de la categoría que ha alcanzado el equipo que nos representa. Faltan pocos partidos para alcanzar la meta, en los cuales deber salir triunfante.
Pero hay cosas que nos preocupan. Una de ellas es la condición actual del estadio y lo otro el comportamiento de los aficionados allí mismo. El estadio General Santander tiene deficiencias que no han sido subsanadas y están presentes desde cuando se cambió por su actual estructura física. Con ocasión del último partido jugado allí se publicaron videos en los cuales se observa el movimiento de las tribunas, lo cual puede ser normal en cierta medida, pero no se habían advertido con anterioridad y muy seguramente deben ser revisadas.
Se dijo hace algunos meses que había la apropiación de un presupuesto para adelantar el mantenimiento y los arreglos que son necesarios, sin embrago para esta fecha las luminarias son deficientes, los servicios sanitarios son una vergüenza, no tienen agua disponible y la cafetería no está acorde con la importancia que puede llegar a tener este escenario deportivo, el ascensor en la parte central de la tribuna occidental nunca lo hemos visto funcionar. También carece de un túnel por donde aparezcan los equipos al momento de saltar a la cancha, por ahora parece como si estuviéramos en una cancha de barrio.
Por tanto, urge para comodidad de los aficionados que el estadio sea puesto a punto y remodelado. Contar con un escenario con mejores condiciones también es una garantía de la seguridad para los deportistas y asistentes.
La euforia y desencanto por algún resultado pueden alterar el comportamiento de los hinchas y conducirlos a adoptar conductas inapropiadas, tal como ocurrió al finalizar el partido contra el equipo capitalino. El comportamiento del árbitro desesperó a todos en el estadio, parecía parcializado en sus decisiones y permisivo con el visitante; pero, no obstante, esto no justifica la invasión al terreno de juego y las agresiones físicas que pudieron ocasionar al juez en aquella ocasión. De tal forma que es necesario guardar la compostura y que las autoridades velen por el orden dentro de las instalaciones del estadio porque se pueden ocasionar desgracias colectivas y en otros casos sanciones al equipo y la plaza.
En los partidos que le restan al doblemente glorioso este debe salir victorioso para lograr primero el campeonato de la B y luego el cupo para volver a la primera categoría, de lo cual estamos seguros habida cuenta del rendimiento obtenido por el equipo hasta ahora que cuenta con el entusiasmo de los jugadores, la acertada dirección técnica de Federico Barrionuevo y el respaldo irrestricto de los seguidores del cuadro rojinegro. Volveremos, volveremos a la A, donde siempre debe estar el Cúcuta deportivo.
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