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Los nuevos políticos
Este cambio en la percepción de los colombianos es algo muy positivo, porque permite que la ciudadanía priorice la responsabilidad, la experiencia y el conocimiento de lo público por encima de una cara bonita
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Miércoles, 5 de Julio de 2023

Melissa Medina Martelo puede ser fácilmente la candidatura a un Concejo más corta de la historia de Colombia, seguida por una candidatura local que pareció perder el rumbo por carecer de aval. Es muy interesante el breve instante que duró lo de Melissa y que se fue más rápido que el Rayo Macqueen.

Explico, para que no empiecen ‘contexto’, como hacen en Twitter: Melissa Medina es una influencer, emprendedora, taciturna, vegetariana, entre otros, que pensó que con un video lindo y lleno de transiciones agradables le iba a bastar para convencer a los paisas para que votaran por ella al Concejo (si no han visto el vídeo, búsquenlo en Tiktok). En el video, afirmó muy orgullosa que no sabía mucho de política y contó una gran perorata de cosas que no le aportarían nada como futura concejal.

Por supuesto, y como les ha pasado a otras personas en Cúcuta también, Melissa pasó del anonimato al desprestigio en treinta segundos. La funada que le pegaron en todo el país, no sólo en Medellín, es otra confirmación de lo que ya se ha percibido en sondeos de opinión, encuestas y ejercicios de escucha callejera: Los electores NO quieren una persona con buenas intenciones y sin experiencia gobernando y tomando las decisiones que afectarán su bolsillo, la educación de sus hijos, las rutas del transporte, etc.  

Este cambio en la percepción de los colombianos es algo muy positivo, porque permite que la ciudadanía priorice la responsabilidad, la experiencia y el conocimiento de lo público por encima de una cara bonita, un contenido bien hecho o la capacidad de movilizar emociones.

Lo anterior, sumado al hecho de que la gente tampoco quiere seguir apoyando a los mismos, a los que han gobernado sin resultados (diferentes al engrosamiento de sus propios bolsillos), a los que piden apartamentos a cambio de entregar licencias de construcción, a los candidatos eternos que le venden el alma al que sea con tal de intentar nuevamente llegar al poder, a los que tienen nexos con narcotráfico, o a los que son simplemente marionetas de politiqueros más viejos pero cuyas caras producen reflejo emético; ha producido un fenómeno de preferencia hacia lo que yo llamo “Los nuevos políticos” (LNP).

LNP son personas que ya han tenido experiencia en lo público y saben por lo menos qué es un BPIN, conocen la estructura de las finanzas públicas y han dejado de pensar como ciudadanos comunes, que ven las cosas con la seriedad y responsabilidad requeridas. Pero ojo, LNP no pueden confundirse con la gente que no tiene ni idea de dónde está parada ni sabe qué diablos es la función pública. No podemos confundir falta de experiencia con falta de escándalos de corrupción.

Estoy segura de que en Cúcuta y en el resto del país, en esta elección LNP van a arrinconar a los politiqueros, para que sea evidente quiénes son los candidatos politiqueros, se le va a caer la careta a los “grupos significativos de ciudadanos”, y no serán electos los outsiders.

El fin de los outsiders es más que evidente y eso me alegra, yo misma he logrado aprender que necesitamos LNP y no personas que llegan a improvisar y pierden el rumbo.

Pero que no se dejen engañar con el velo de la ilusión cegadora: Si hay quince candidatos honestos o LNP y tres politiqueros, la elección va a estar cantada. Cada honesto sacará ocho mil votos y un solo politiquero de esos tres tendría el chance de convertirse en alcalde con los escasos 30.000 votos que aún manejan sus madrigueras electorales.

La ingenuidad ya no es la principal cualidad de los electores y ahora hace falta elegir bien para evitar quedar con un Gobierno lleno de Melissas o de (lo que también sería muy trágico) Cristos junior, Chacones junior o Ramiros junior. Desde ya hay que ir analizando para evitar un desenlace que le devuelva el poder a los que jamás se han interesado por el beneficio de la región.

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