Una vez culminadas este 20 de junio las marchas programadas en algunas capitales del país, para rechazar las reformas propuestas por el gobierno nacional, los promotores de estas reclamaron un triunfo rotundo. Ni tanto. En Bogotá salieron a las calles, aproximadamente 35 mil personas, en Medellín 30 mil, en Cúcuta 3 mil y a nivel nacional según datos oficiales de la policía nacional 92 mil, lo qué en porcentajes, de acuerdo con la población, representan un 04,06,03 y 018% respectivamente. Ínfimas, pero muy superiores a las marchas gobiernistas.
No puede el señor Petro, echar en saco roto esta manifestación popular del pueblo colombiano, es una señal que no puede pasar desapercibida pues puedetener otro Bogotazo, como le sucedió al señor Iván Duque que ignoró las oportunas señales, insistiendo con la fallida reforma tributaria.
Con la reforma laboral, si bien es cierto, el gobierno pretende devolverles a los trabajadores lo que el señor Uribe les quitó, con el argumento fallido de aumentar el empleo, los señores empresarios en estos momentos lo consideran como derechos adquiridos y no van a dar su brazo a torcer y prefieren, como Sansón:“morir con todos los filisteos”, aumentando el desempleo, recortando sustancialmente las plantas de personal.
Esta reforma debe ser gradual, consensuada entre los trabajadores y empresarios, sin traumatismos para beneficio de unos y de otros. Con incentivos en la generación de empleo. Si el señor Uribe se los arrebató de un plumazo, sin anestesia, ahora debe ser lo contrario, gradual con anestesia.
Con las reformas a la salud y pensiones pasa lo mismo, se quiere dar un cambio drástico, eliminando lo existente para probar algo que el decir de los especialistas, genera incertidumbre. Se propone aumentar, con estas reformas, ostensiblemente el gasto público, sin evidenciar cual sería la fuente de ingresos que la reemplazaría. Al respecto el representante Jairo Cristo y una veintena de sus compañeros del Congreso, le dirigió una comunicación al Secretario General de la Comisión VII de la Cámara y simultáneamente presentaron una acción de tutela en un juzgado laboral, demandando la violación flagrante de más de 10 puntos del reglamento del congreso, entre estas, que no venía acompañada, la reforma a la salud, del impacto fiscal que se generaría en el marco fiscal de mediano y largo plazo.
A este gobierno en el inicio de su mandato, le aprobaron una reforma tributaria que recaudará, según cálculos, 19.7 billones adicionales para cuadrar su presupuesto.
Con los nuevos gastos, de las reformas, me pregunto:¿se viene otra reforma tributaria, más drástica? Posiblemente si, el pueblo es el paganini.
Antes de pensar en aumentar escandalosamente los gastos del Estado, no olvidemos lo que se nos viene con la paz total, equilibremos las finanzas con lo que tenemos, menos corrupción, como lo manifestara el presidente Julio César Turbay, a sus justas proporciones: las bolsas y maletas llenas de dinero en casas de habitación de funcionarios públicos sin conocerse su procedencia, caja de retiro de las fuerzas armadas, el caso Min Tic con Centros Poblados, la UNP, las excentricidades de Julián Caicedo, amigo personal del presidente de Ecopetrol, los viajes en aviones y helicópteros del Estado para viajes personales de funcionarios públicos y restringir al máximo las numerosas delegaciones al exterior con dineros públicos. Racionalizar el gasto público en todas sus dimensiones, para equilibrar el presupuesto.