Desde el domingo 4 de julio de 1991, que fue proclamada la Constitución de 1991, inicié mi último ciclo casi que continuo como columnista de este Diario. Desde el año 2000 con ocasionales interrupciones por viajes de estudio y trabajo en el sector público y académico,he escrito unas mil cien columnas correspondientes a otros tantos jueves.

En 52 años hube de rectificar mi columna dos veces. Una vez, a solicitud de un copartidario de Villacaro que se sintió ofendido, cuando afirmé que ellos, eran bravos y agresivos, cuando su ADN decía lo contrario según ellos. Rectifiqué y sentí agrado por ese perdón godo.

La segunda vez vez  me excedí en unas cifras y afirmé, que el protegido de los dioses en materia de reelección en esta Capital Norte Santandereana, había firmado contratos para asegurarla,por doce mil millones de pesos. El eterno reelegido muy ofendido envió una carta a la Dirección de este Diario solicitando la rectificación.

Ah, pues le respondí en la columna siguiente de manera sibilina y lo encaré.expresándole: ¡Rectifico y me Ratifico!

Rectifiqué que efectivamente me había equivocado en las cifras, pues no eran doce mil millones de pesos, sino solamente once mil y di los nombres de los afortunados contratistas,entre ellos algunos alumnos de la universidad, hoy profesionales que siguen en la corrupción.

Bueno, lo anterior para significar que siempre he respetado la Ley de Prensa y el eslogan de mi columna queme presenta así: Docente de educación superior y abogado consultor en derecho público y empresarial. Columna de opinión, que data de 1971, trata temas relativos a la gerencia pública, a las humanidades, ciencia política, a la educación y la economía.

En otros términos, en 52 años he rectificado dos veces con gran gusto.

Lo anterior para significar que, si llega a darse el cambio de divisa, de rojo a azul Prusia, asunto que no creo por ahora se dé, pues lo elemental es dejar en libertad a los nuevos empresarios.

No sé hasta dónde llegue la incomodidad y la intolerancia de los prusianos, o de los del pacto anti todo, de contar en su brigada, con un godo marxista, como les dio a los ortodoxos por llamarnos a los progresistas seguidores de BelisarioBetancourt Cuartas.

Adenda: Pues el Mundo es redondo y lo que puede parecer el final, también puede ser el comienzo.