Es la sensación que dejó en la ciudad las medidas que tomó el alcalde para conjurar la crisis ambiental de la semana que pasó. Por momentos daba la impresión que habíamos regresado a los tiempos terribles de pandemia. Una administración municipal debe tomar medidas razonables frente a una situación de emergencia, y no generar desconcierto e incertidumbre en una ciudad como la de ordenar el cierre de colegios y universidades que a todas luces era innecesaria; esta sola medida que en principio pudiera aparecer como necesaria, de un momento a otro le genera a una familia un alto impacto en su día.
Eso de que de un día a otro, los padres que tienen sus propias angustias de trabajo deban buscarle actividades y protección a sus hijos que quedan en casa, acompañados muchos de ellos durante el día con un televisor o esos juegos adictivos en los que pasan muchas horas los niños, es una angustia que innecesariamente creó la alcaldía. Sin duda fue un exceso y error de la administración municipal.
Fenalco en una reunión que hizo sobre el balance y efectos que para los comerciantes tuvieron las medidas, estima que los comerciantes perdieron aproximadamente 15 mil millones de pesos, con esa otra medida apresurada e innecesaria del pico y placa, que paralizó la ciudad, que con toda la situación de informalidad y desempleo que vive la ciudad, para nada es una suma despreciable. Es también difícil en temas de seguridad lo que vive Cúcuta, que hasta ser comandante de la policía se convirtió en “un quemadero”. Y eso ni para que sumarle de cómo va el país cada vez que el presidente habla.
Por estos días algunos analistas económicos de Caracol señalaban que en el último año y medio ya han salido del país cerca de 13 mil millones de dólares, con todo lo que ello significa, en momentos en que el país entra en un diálogo estúpido, la supuesta necesidad de implementar una asamblea constituyente, y el llamado de Petro “para que le entreguen vivo a Iván Mordisco”. U otra declaración más que alcancé a escuchar, insólita, la de que algunos empresarios de Barranquilla estaban en el propósito de recoger algunos dineros e intervenir en esa supuesta asamblea constituyente para “Tumbarlo”. Todo lo que dice un presidente tiene un efecto económico.
Volviendo a Cúcuta, en este mandato que hasta ahora comienza el alcalde Jorge Acevedo que como persona tiene por lo menos una gran ventaja de que escucha a la gente, diferente a la soberbia e ineficiencia de su antecesor, recuerdo algo que le dijo una persona conocida y distinguida de la ciudad a los pocos días de su elección, aún antes de posesionarse: “Jorge, usted no puede equivocarse con Cúcuta”. Y eso es cierto. Son pocos días los que lleva esta administración, se han planteado varias cosas ineludibles: la seguridad, la lucha contra las bandas criminales, acabar con las trochas, recuperación del espacio público.
Todas son ciertas señor alcalde, necesitamos que a usted le vaya bien, que logre concertar con la comunidad estrategias y políticas públicas realizables, que Cúcuta recupere el tiempo perdido en sus cuatro años de mandato, y en todo caso, en un país que no es fácil de gobernar, que no suceda lo que escribió para un periódico español un investigador colombiano en el caso del presidente, Carlos Granés, quien manifestó que “ lo desgarrador de Petro es su nula capacidad para gestionar lo real y concreto…quienes tienen el hechizo del poder en América Latina no suelen ser políticos al uso, sino personajes desmedidos…”.
Para nada es fácil señor alcalde gobernar una ciudad con todos los problemas y dificultades como Cúcuta, y para que no se repitan otras historias lamentables de otros ex alcaldes, recuerde “Usted no puede equivocarse con la ciudad”.