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Entre hipopótamos y elefantes
El país debe saber quiénes ordenaron las obras; dónde estaban los presupuestos para cubrir los costos.
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Viernes, 26 de Mayo de 2023

Las noticias de estos días nos dan cuenta de dos situaciones que están afectando al país: en primer lugar, la existencia de una super población de hipopótamos en el Magdalena Medio , pues pasan ya de 150 ejemplares, debido a la rápida reproducción de la especie que el narcotraficante Pablo Escobar ilícitamente trajo al país para sus fincas, y que en estos momentos causan graves estragos en toda la zona debido a su extrema agresividad, combinada con su enorme peso, que puede alcanzar hasta 1800 kilogramos. Se calcula que tienen que desaparecer por lo menos tres docenas de los ejemplares cada año, para poder controlar la situación.

Y la segunda, se refiere a otro paquidermo, el elefante, pero en este caso el denominado “blanco” es decir, aquel, o aquellos que han adquirido esa denominación y que no son otros que las obras inconclusas que existen a lo largo y ancho del país, producto de la desidia o de la corrupción de funcionarios de turno que no piensan en otra cosa que en hacer fiesta con la plata del Estado a costa de los sacrificados contribuyentes; es decir, una especie que al parecer es más agresiva que los mismos hipopótamos.

La Contraloría General nos informa que existen 1.047 proyectos en estas condiciones que llegan a costar $6,8 billones, y que en la actualidad hay 680 proyectos adicionales, denominados como críticos, y que valen $7,9 billones; es decir, entre ambos casi alcanzan a valer la totalidad de lo que significó la última reforma tributaria.

Un panorama como este, ya comprobado por la propia Contraloría, merece la conformación de un comité del más alto nivel, no solo para destrabar las respectivas obras, sino para que señalen con nombre propio a los verdaderos responsables y les apliquen las sanciones del caso.

El país debe saber quiénes ordenaron las obras; dónde estaban los presupuestos para cubrir los costos, y qué se hicieron los dineros en el camino de la ejecución.

Si esto no se hace, será un mal ejemplo para todas las obras que se contraten en el futuro, pues de antemano se sabrá que muy poco pasa si los contratos se dejan tirados a la mitad del camino, o apenas comenzando su ejecución.

Cuantas comunidades en el país están aguardando la ejecución de obras de gran interés, para que sus expectativas sean enterradas por los corruptos que no tienen otro objetivo que el de saquear al Estado.

Esta infestación de paquidermos que estamos viviendo, merece un esfuerzo grande para que sea detenida, y ojalá, de una vez por todas.

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