Han pasado casi nueve meses desde que la vida de Laura Daniela Villamil se partió en dos. Era una noche de agosto de 2024, y como tantas otras veces, esta joven bailarina salía al escenario a hacer lo que más amaba: moverse, crear, conectar. Pero esa noche, en medio de un espectáculo con fuego en el reconocido restaurante Andrés Carne de Res, en Chía (Cundinamarca), todo cambió.

Una chispa mal calculada, quizás un descuido, una falla, aún se investiga, terminó por envolverla en llamas. El 90 % de su cuerpo resultó con quemaduras. En cuestión de segundos, el show se transformó en tragedia. Desde entonces, Laura ha librado una batalla diaria por su vida, su cuerpo y su dignidad. Y lo ha hecho frente a los ojos de miles, convirtiéndose sin proponérselo en un símbolo de resistencia, coraje y belleza más allá de la piel.

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La noticia del accidente de Laura recorrió Colombia en cuestión de horas. Las imágenes eran desgarradoras, y la indignación por la falta de medidas de seguridad en espectáculos de este tipo no se hizo esperar. Mientras tanto, la joven permanecía en estado crítico, entubada, entre máquinas y silencios, en una clínica especializada en Bogotá.

Durante semanas, su nombre fue tendencia en redes. Y cuando despertó, después de casi un mes de sedación, el país también despertó con ella. Desde entonces, Laura decidió no esconderse. Compartió su historia, su cuerpo en proceso, sus cicatrices, sus lágrimas… y su fuerza.

El mensaje de Laura Villamil: “Mientras me curo del cora”

Recientemente, Laura publicó un video de 47 segundos en sus redes sociales. No hay palabras habladas, pero la narrativa lo dice todo. De fondo suena la canción Mientras me curo del cora, de Karol G, una elección que no parece casual. La letra, que habla de sanar, resistir y volver a amar, se convierte en el hilo emocional de un recorrido poderoso.

El video comienza con imágenes de su estado más crítico: acostada en una camilla, entubada, rodeada de cables y equipos médicos. Luego, un breve pantallazo de una noticia: “Laura Daniela Villamil despertó”. A partir de ahí, el video se convierte en una cronología de su renacer: aparece en terapias físicas, intentando mover los brazos, aprendiendo a caminar nuevamente, sonriendo mientras juega con un globo. Una escena, tan simple como simbólica.

También se muestra el momento de su alta médica: siete meses después del accidente, en febrero de 2025, Laura sale de la clínica. Un nuevo comienzo. La última imagen del video es ella, caminando sobre una banda de ejercicio, con cicatrices visibles, pero con una fuerza que no necesita filtros.

El clip termina con una frase que parece hablada desde el espejo: “Ánimo, tú puedes con todo”. Y luego, un cierre en voz baja pero firme: “Continuará…”.

Las redes estallaron. En Instagram, TikTok y otras plataformas, miles de usuarios dejaron mensajes de admiración: “Eres luz”, “Gracias por enseñarnos a no rendirnos”, “Tu sonrisa es una lección de vida”. Incluso figuras públicas del mundo del espectáculo han compartido su historia, reconociendo en ella un ejemplo de lo que significa verdaderamente volver a empezar.

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Laura no solo ha visibilizado su proceso físico, también ha denunciado. Su familia ha insistido en la urgente necesidad de regular y revisar los protocolos de seguridad en espectáculos que incluyen fuego o elementos de alto riesgo. “No puede volver a pasar”, han dicho en repetidas ocasiones. El caso, hasta el momento, continúa bajo revisión de las autoridades.

Desde el accidente, Andrés Carne de Res ha mantenido un bajo perfil en cuanto a declaraciones públicas. Sin embargo, la presión social y mediática ha puesto sobre la mesa la necesidad de priorizar la integridad de los artistas, más allá del show.

Hoy, Laura Daniela Villamil no ha vuelto a bailar en público. Pero ya baila en otro sentido: camina, respira, se mueve con la dignidad de quien ha resurgido de las cenizas. En su cuerpo, convertido en cicatriz y en testimonio, habita una artista que no se ha rendido. Su historia, compartida sin filtros, ha tocado corazones más allá de las tarimas.

Y aunque el video diga “Continuará…”, quienes la siguen saben que no es solo una promesa: es una declaración de vida.

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