Un video aparentemente inofensivo, grabado en medio del bullicioso Carnaval de Barranquilla, ha puesto en el ojo del huracán al influencer bumangués Felipe Saruma y al alcalde de la capital del Atlántico, Alejandro Char. Lo que comenzó como una escena de humor entre amigos terminó convirtiéndose en el centro de una fuerte controversia sobre el uso de influenciadores en la estrategia de comunicación política.
En la grabación, que rápidamente se volvió viral en redes sociales, se ve a Saruma junto al humorista Juanda Caribe y al propio alcalde Char, bromeando sobre recolectar dinero para comprar una botella de licor. Fue entonces cuando el mandatario lanzó la frase que desató memes y opiniones divididas:“Estoy mondao, llave, tengo 10 en Nequi”.La respuesta, espontánea y en tono jocoso, generó carcajadas entre los presentes… y un debate mucho más serio en internet.
El video no es un hecho aislado. Según reveló el medio La Silla Vacía, la Alcaldía de Barranquilla ha invertido aproximadamente 2.000 millones de pesos en contrataciones con influenciadores como Saruma y Juanda Caribe. El objetivo: impulsar una imagen positiva de la gestión de Alejandro Char a través de contenidos virales que conecten con los públicos más jóvenes.
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La estrategia ha funcionado, al menos en términos de visibilidad. Sin embargo, ha levantado una oleada de críticas entre periodistas, ciudadanos y usuarios de redes sociales que cuestionan el uso de recursos públicos para pagar contenido que, aunque divertido, elude preguntas incómodas o debates de fondo.
Felipe Saruma, quien alcanzó notoriedad nacional por sus videos creativos y su relación con la empresaria Andrea Valdiri, ha mantenido una imagen cercana, carismática y emocional. Por eso, muchos de sus seguidores se sorprendieron al verlo en un video junto al alcalde en un contexto que para algunos se percibe como “liviano” frente a los retos que enfrenta Barranquilla.
Aunque el influencer no ha emitido declaraciones sobre la polémica, su participación en este tipo de contenidos empieza a levantar preguntas sobre los límites éticos entre entretenimiento, política y publicidad institucional.
“Estoy mondao, llave, tengo 10 en Nequi” ya se volvió parte del repertorio digital de la temporada. La frase circula en stickers, audios de WhatsApp, camisetas y TikToks, y ha sido replicada incluso en otros contextos humorísticos y de crítica social.