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El Tren de Aragua: una amenaza continental que pierde terreno en el país
En Bogotá la estructura ha tenido que reemplazar a todos los cabecillas de las localidades que controlaba.
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Colprensa
Colprensa
Domingo, 5 de Octubre de 2025

El Tren de Aragua, organización criminal multinacional que surgió en Venezuela pero terminó extendiéndose por todo el continente, al punto de llegar a ser considerada como una amenaza por el presidente de EE.UU. Donald Trump, y reconocida como responsable de terribles delitos, entre ellos el desmembramiento de sus víctimas y el ocultamiento de cuerpos en bolsas plásticas, ya no es la misma que llegó a Colombia en 2022.

Tan solo en Bogotá, la estructura ha tenido que reemplazar a todos los cabecillas de las localidades que controla, lo que ha generado un vacío de mando que no ha podido llenarse ni siquiera con las órdenes impartidas desde Venezuela o desde algunas cárceles del país.

Su rastro en Colombia se remonta a 2019. Desde entonces, células de esa organización nacida en la cárcel de Tocorón, en Venezuela, ya se estaban infiltrando en bandas locales en Bogotá, particularmente en la localidad de Kennedy. Primero se infiltraron; luego, con pleno conocimiento de las estructuras, empezaron a eliminar a sus cabecillas y a quedarse con sus negocios criminales.


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“Ya cuando conocen muy bien las estructuras, inician ellos mismos a generar homicidios, pero de los cabecillas, y a controlar estos grupos y sus rentas criminales, con un nivel de violencia mayor del que se conocía hasta ese momento”, explicó a Colprensa el comandante de la Policía de Bogotá, general Giovanni Cristancho.

Esa estrategia de infiltración y control selectivo les permitió consolidar su poder en tiempo récord. Para 2023, el Tren de Aragua parecía imparable. Controlaba sectores enteros de las localidades de Kennedy, Chapinero, Los Mártires y Santa Fe.

La extorsión alcanzó niveles históricos. “Llegó a ser muy fuerte en el 2023”, recuerda el general Cristancho. Pero a la fecha, y aunque todavía tienen presencia en varias de esos lugares, su poder no es el mismo.

La razón principal de ese debilitamiento han sido las capturas, algunas de ellas con apoyo de la DEA. En lo corrido del año, la Policía ha detenido a 45 integrantes del Tren de Aragua en la capital.

 

El cabecilla de la banda en Colombia

 

Más de 140 desde 2022. “Y no cualquiera, cabecillas. Hemos capturado el cabecilla de Bogotá, el cabecilla de Bosa, Kennedy, Chapinero, Santa Fe. (…) Lo que ha generado que no puedan llegar a tener el control que quisieran tener. (…) No han logrado posicionarse más”, resume el oficial.

La caída de la organización

Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias Niño Guerrero, y quien se encuentra prófugo desde que huyó de la cárcel, sigue siendo el líder internacional de esa organización.

En Colombia, el líder es Giovanny San Vicente, también conocido como Giovanny, quien, según las autoridades, se encuentra escondido en Venezuela, pero continúa dando órdenes a los líderes o coordinadores de zona en nuestro país, hecho que cada vez le es más difícil por las constantes capturas que las autoridades han adelantado en contra de ellos.  

 

 

cabellecilla el niño guerrero

 

Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias Niño Guerrero.


 

En 2022, fue detenido alias Osmer, uno de los primeros coordinadores principales en Bogotá. En Kennedy, la Policía capturó a alias Ratón, encargado de distintos delitos en la zona; su reemplazo, alias Bevaco, también terminó en manos de las autoridades poco tiempo después. En Chapinero fue neutralizado alias Chacón, cabecilla de la localidad, y su sucesor, alias Jhonatican, corrió la misma suerte. A esa lista se suman alias Salomón en 2024 y alias Chino San Vicente en 2025, capturado en Medellín adonde había huido creyendo que estaría seguro. Más recientemente, el 25 de junio, cayó alias Caracas. También fueron asegurados los jefes de Bosa y Santa Fe.

La consecuencia directa de esta sucesión de capturas ha sido el debilitamiento del Tren de Aragua. Sin cuadros estables y con mandos que cambian constantemente, la organización perdió capacidad de control en las localidades. Las cifras lo confirman: las denuncias por extorsión cayeron un 19% frente al año anterior y los homicidios asociados a la banda se desplomaron. A esto se suma que los nuevos jefes carecen de la experiencia y el liderazgo de sus antecesores, lo que ha limitado aún más su poder de mando.  Hoy, aunque mantienen presencia, ya no imponen las reglas como antes.


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“El cabecilla que van colocando, lo que se demora el proceso judicial, lo vamos identificando y capturando. Entonces, claro, no tiene la misma expansión como quisieran. No tienen el mismo control, pero aún generan actividades”, explica el comandante de la Policía de Bogotá.

 

Jefe de la Policía en Bogotá

 

Ese vacío de mando tampoco ha podido llenarse con las órdenes que reciben los nuevos cabecillas desde las cárceles en Colombia.

“Osmer y Santana, siguen desde el centro penitenciario delinquiendo. Tienen celulares, comunicación, capacidad de dar órdenes”, explica el general.

Pero hay otro factor a tener en cuenta: aunque el Tren de Aragua, su nombre produce miedo, por lo que otras organizaciones se están haciendo pasar por integrantes activos para cometer delitos. “Si yo digo que soy del Tren del Aragua, sí va a tener impacto. Si vengo del grupo de Pepito Pérez, pues no va a ser igual”, añadió el comandante.

No es una estructura nacional

A nivel nacional, según explica el alto oficial, el Tren de Aragua mantiene presencia en Norte de Santander, específicamente en Cúcuta, Villa Rosario y La Parada, a donde llegaron en 2019, con el propósito de controlar el negocio del tráfico de migrantes.

Han intentado ingresar a Bucaramanga y en Ipiales, Nariño, han tratado de controlar el flujo migratorio, imponiendo quién pasa y cuánto debe pagar.

En Medellín intentaron entrar usando sus métodos tradicionales, pero encontraron algo que no esperaban: resistencia organizada. En el Valle del Cauca la historia fue similar. “En el Valle, en ningún municipio el Tren de Aragua ha tenido presencia”, afirma categóricamente el oficial. En el Caribe Colombiano tampoco hay reportes.

El Tren de Aragua atraviesa un declive evidente en Colombia. Sin embargo, las autoridades advierten que no está derrotado: mantiene células activas, conserva rentas criminales y su nombre sigue siendo usado para infundir miedo. El reto, dicen, es evitar que este debilitamiento sea apenas una pausa antes de un nuevo intento de expansión.


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