El cambio climático es una realidad indiscutible que ha afectado a todos, provocando eventos climáticos extremos, sequías e inundaciones, lo que resulta en pérdidas en los cultivos y disminución de su calidad y oferta en nuestros centros de acopio.
La diversidad de nuestros ecosistemas en Norte de Santander, en la cordillera oriental, lo hace altamente sensible a fenómenos extremos del cambio climático, que, sumados a la mala gestión del suelo, agravan los efectos negativos.
Educación ambiental
Fomentar la conciencia sobre los efectos del calentamiento global y sus implicaciones en la región es fundamental para abordar el cambio climático.
A través de programas educativos, capacitaciones y campañas de sensibilización, podemos motivar a la comunidad a tomar medidas individuales y colectivas para proteger el medio ambiente y promover prácticas sostenibles.
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En el caso específico de Norte de Santander, se está llevando a cabo un trabajo significativo en educación ambiental mediante el Plan Departamental de Educación Ambiental.
Este plan interinstitucional busca promover y fortalecer la educación ambiental en diversos niveles, con el objetivo de empoderar a la comunidad para tomar decisiones informadas y participar activamente en acciones de adaptación y mitigación del cambio climático.
Gracias a estas iniciativas, se está construyendo un camino hacia un futuro más sostenible y resiliente para la región y sus habitantes.
Desarrollo local
En cuanto a las energías renovables, la región tiene un alto potencial para el desarrollo de energías limpias, como la solar y la eólica. Impulsar proyectos de generación de energía renovable puede reducir la dependencia de fuentes fósiles, mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y generar empleo en el sector energético.
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Empresas como Ecopetrol están encaminando su desarrollo hacia la senda de transición y soberanía energética del país, demostrando un compromiso sólido con la inversión en este año, que oscilará entre $25,3 y $29,8 billones.
Esta importante inversión tiene como objetivo acelerar la transición hacia una energía más sostenible y soberana, lo que a su vez se traduce en la creación de nuevos empleos y oportunidades de desarrollo en zonas del país que hasta ahora no habían sido exploradas en su potencial máximo. Esta iniciativa marca un paso significativo hacia un futuro más limpio y próspero para Colombia.
El Fondo de Energías no Convencionales y Gestión Eficiente de la Energía (Fenogue) destaca el impresionante potencial de Colombia en materia energética.
El país se encuentra en la sexta posición a nivel mundial en términos de recursos hídricos renovables y cuenta con un 60% más de radiación solar que el promedio mundial.
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Gracias a estas ventajas naturales, se proyecta que más del 12% de la energía generada en Colombia provendrá de fuentes renovables no convencionales.
Además, según datos gráficos de la OCDE, Colombia figura entre los tres principales países en el proceso de transición energética.
En este contexto, Norte de Santander destaca por su amplia oferta ecosistémica, lo que le otorga un gran potencial para contribuir al desarrollo energético sostenible del país. Para aprovechar esta oportunidad, es vital que el departamento proyecte su desarrollo alineado con las demandas globales y nacionales, asegurando un futuro próspero y sostenible para la región y el país en su conjunto.
Por último, las alianzas público-privadas también son fundamentales para impulsar proyectos de desarrollo sostenible relacionados con el cambio climático. La colaboración entre el gobierno local, el sector privado y la sociedad civil puede potenciar el impacto de las iniciativas y fortalecer los esfuerzos para un desarrollo local resiliente y sostenible en el departamento de Norte de Santander.
Redacción
Viviana Berrío Meneses
Especialista técnica en Carbono
Bióloga
Magíster en Ingeniería Ambiental
Universidad de Pamplona
Candidata a Magíster en Derecho y Economía del Cambio Climático
Universidad de Flacso, Argentina
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