Un total de 42 escuelas del estado Táchira requieren mejoramiento de su infraestructura y sus condiciones son consideradas de emergencia por la Zona Educativa Táchira (ZET).
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La cifra la dio a conocer Berzabeth Gandica, directora de la ZET, quien indicó que el mandatario regional, Freddy Bernal, ya introdujo los proyectos para la remodelación de los planteles que están en peores condiciones.
La directora de la zonal educativa indicó que este número solo incluye a los planteles que están en condiciones pésimas, puesto que tienen otras instituciones con diferentes situaciones.
El pasado 7 de abril el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, manifestó llegó el momento de recuperar los planteles educativos, cuyo deterioro, dijo no se atendió por la “guerra” contra la economía.
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“Tenemos que mejorar mucho en todos los frentes sociales. En la calidad de la educación, en su contenido y la recuperación de sus instalaciones en todos sus niveles”, expresó Maduro.
Al respecto, Gustavo Velasco, secretario general del Colegio de Licenciados del estado Táchira, indicó que hasta la presente, a los planteles de la región nada más les han aplicado cierto “maquillaje” en las fachadas, pero los temas estructurales como los sanitarios para estudiantes y trabajadores, así como filtraciones en techos y paredes no han sido abordados.
Indicó que si el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laboral pasara una revisión por las instituciones educativas de la entidad, tendrían que cerrar al menos el 70% de los planteles, pues estima que solo un 30% está adecuado para recibir estudiantes.
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“El Ciclo Básico Táchira tiene el último piso clausurado desde hace muchos años porque las goteras son enormes, los pisos se resquebrajaron. En el Liceo Román Valecillos ni siquiera tienen baterías de baños. La Escuela Puerto Teteo, en el municipio Fernández Feo está en estado deplorable”, refirió.
Velasco puntualizó que gracias a organizaciones internacionales de manera silenciosa es que se ha logrado mejorar algunas áreas de varios planteles, como comedores, baterías de baños, se han reparado pupitres, filtraciones y paredes.
El informe del primer trimestre del año 2022 del Observatorio de Educación de Fundaredes, indica que de cada 10 escuelas públicas en el país al menos 7 presentan fallas en el servicio de agua potable. El informe resalta el deterioro a la infraestructura escolar en general, reflejado en falta de áreas verdes, pintura, electricidad, arreglo de techos, paredes, entre otros, que, por ende, no permiten el desarrollo de planes de formación y capacitación integral.
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El observatorio mencionó algunos planteles del Táchira que registran problemas de infraestructura, entre ellos: Ramón Velázquez, Vicente Dávila, J.A. Román Valecillos, Antonio Rómulo Costa, Escuela Nacional Carlos Rangel Lamus, presentan problemas sanitarios y de mantenimiento, aunado a la escasez de agua, tanto para el aseo de todos los espacios internos de la institución, como para el consumo por medio de bebederos para la hidratación de los escolares, situación similar que ocurre en otros planteles de Venezuela.
“Las instituciones escolares se observan cada día en mayor deterioro, las escuelas no cuentan con los servicios básicos necesarios; lo que imposibilita clases seguras para un sistema educativo normal en un Estado donde se continúan vulnerando los DDHH”, expuso el informe del observatorio.
Programa de Alimentación Escolar
Tras denuncias sobre la autogestión que están realizando algunos directores con recaudación de fondos para comprar aliños, huevos y relleno para las arepas, la directora de la Zona Educativa Táchira respondió que el Programa de Alimentación Escolar sí está funcionado y han venido aplicando estrategias con un plan denominado “Reloj con las proteínas”, en los circuitos y municipios.
Indicó que ejecutaron un estudio para determinar a cuáles escuelas que poseen baja matrícula les llegaba más alimentos, a fin de enviar la comida con base en la cantidad de estudiantes que tienen.
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“También estamos aplicando las supervisiones, porque lo que nos podía pasar es que anteriormente como no se hacían las supervisiones estrictas se desaprecian los alimentos. Yo estuve en una escuela donde la directora tenía la comida dañada, el arroz, la pasta y la harina”, relató Gandica.
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