La voz del policía Jefferson Gómez, quien disparó la noche del 17 de julio de 2020 en el barrio San Miguel, donde murió José Edwin Tirado Buitrago, en medio de un velorio, se entrecorta al recordar el hecho, pero también toma fuerza para ofrecer disculpas a la familia de la víctima.
“Como persona y como policía le ofrezco disculpas a la familia del señor Edwin por lo sucedido. Asimismo, a la comunidad. Antes de juzgar a una persona hay que saber por qué está pasando”, dijo Gómez, quien ahora goza de casa por cárcel, después de pasar más de cuatro meses en prisión.
Aunque el uniformado, que hoy está separado de su cargo como patrullero adscrito al Grupo de Operaciones Especiales (Goes) de la Policía Metropolitana de Cúcuta, reconoció que sí fue él quien accionó su arma de dotación esa noche, también aseguró que todo ocurrió de manera accidental, por lo que no tuvo “voluntad de herir a nadie”.
Gómez arribó junto con otros 25 uniformados del Goes a la calle 8 entre avenidas 19 y 20 para controlar una aglomeración de personas que estaba acompañando el velorio de Manuel Eduardo Acevedo Castro, alias Manuelito. Pero, en medio del hecho, al parecer, los policías fueron atacados con piedras y botellas.
“Empezamos a subir por la callejuela y los compañeros (policías), que iban adelante, fueron agredidos. Enseguida, me asomé a observar y ahí me agredieron en varias partes del cuerpo, porque nos tiraban botellas y piedras. En ese momento me agredieron en el brazo derecho y como tenía la pistola en mis manos, cuando la fui a asegurar, se me accionó accidentalmente”, explicó Gómez.
El policía detalló e insistió que, cuando empezaron a patrullar para retornar la tranquilidad y el orden, tomó su arma en la posición de alerta para cualquier reacción, ya que habían reportado algunos disparos, sujetándola en el pecho con sus dos manos. Por ello, asegura que el golpe en el brazo, ocasionó que se disparara.
Gómez contó que en su carrera policial, que lleva al menos 6 años como patrullero, no ha tenido ninguna investigación diferente por la que ahora es acusado y tampoco tuvo una anotación negativa. Por el contrario, goza de 32 felicitaciones, incluso, según él, condecoraciones de la Presidencia por su labor.