Montado en un tractor para arar la tierra, con las manos aferradas a los barrotes de la libertad y con ansias de abrazar a sus seres queridos, llegó en la madrugada de este sábado al seno de su hogar el comerciante Jesús Emiro Blanco Barbosa, secuestrado el pasado 15 de marzo cuando adelantaba una caminata hacia la vereda San Miguel de Ábrego.

Según versiones de los familiares, fue liberado a eso de las 5:00 de la mañana en un paraje solitario de esa población y nadie quería transportarlo hacia el casco urbano. “El conductor de un tractor que iba a trabajar en una finca cercana reconoció que era mi tío y nos colaboró con traerlo a casa”, manifestó la sobrina Elizabeth Blanco Casadiego.

El ciudadano de 64 años de edad, bastante desubicado, no recuerda el lugar ni tampoco el grupo que lo mantenía en cautiverio. Una vez en casa se bañó, consumió alimentos y fue sometido a una revisión médica para determinar el estado de salud.

Los familiares guardan total hermetismo sobre las exigencias de los secuestradores y la identidad de los mismos, materia de investigación por parte de las autoridades locales.

“Yo lo veo bien de salud, contento, a Dios gracias está con nosotros porque vivimos una verdadera pesadilla ya que el secuestro es una práctica inhumana que debe desaparecer en el seno de la sociedad. Nadie merece vivir una situación similar”, recalcó la sobrina.

En la provincia de Ocaña aún se encuentran secuestrados el avicultor Evangelista Bohórquez Contreras, de 72 años de edad, y el profesor de El Tarra Johan Vargas.