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Sucesos
Antes de morir, Ana Benilda Becerra salvó a sus vecinos
Un cortocircuito provocó la tragedia en el barrio La Castellana.
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Martes, 12 de Enero de 2021

La  acción valerosa, pero a la vez desafortunada, que tomó Ana Benilda Becerra, una de las siete víctimas mortales que dejó el incendio de tres casas en el barrio La Castellana, ayudó a salvar a la mayor parte de la familia de la vivienda vecina.

La tragedia se registró la madrugada del pasado sábado en la avenida 1E con calle 2N, de este sector de Cúcuta, luego de que el fuego iniciara, según los peritos de la Fiscalía, en el porche de la casa de Ana Benilda por un cortocircuito y las llamas se extendieran rápidamente a las otras dos viviendas vecinas, desatándose una conflagración de grandes proporciones, que bloqueó la salida de las tres residencias por el frente.

Ayer, en la mañana, uno de los cinco hijos de Ana Benilda, nacida en Las Mercedes, recorría los escombros en medio de la nostalgia y el llanto que le traían los recuerdos de su madre, más aún al encontrar, entre los maderos quemados, el teléfono celular que ella usaba. Al hombre no le alcanzaba el aire para describirla como un gran ser humano, que siempre buscaba ayudar a los demás y así quedó demostrado con las acciones que tomó en sus últimas horas de vida. 

Esta mujer, de 65 años de edad, vivía en arriendo hace 9 años en dicha residencia con su esposo, quien es docente del colegio Sagrado Corazón de Jesús. Sus hijos, todos profesionales, no vivían con ellos, aunque los visitaban y compartían tiempo en familia con sus nietos.

Según relataron testigos, aquella madrugada, el esposo de Ana Benilda fue el primero en darse cuenta de lo ocurrido y corrió al balcón en busca de ayuda, además de llamarla insistentemente para que salieran juntos, como finalmente sucedió.

“Cuando salieron al balcón, aún podían caminar sobre el techo del porche, porque el fuego aún no había subido, debido a que el carro no había explotado. Pero, tomaron distintos caminos. Mi papá corrió sobre el tejado hacia la izquierda y mi mamá a la derecha”, relató el hijo de la pareja a La Opinión.

El esposo de Ana Benilda alcanzó a pasar por los tejados de varios porches, logrando ponerse a salvo, mientras que ella saltó al balcón de sus vecinos para alertarlos y a la vez buscar una ruta de escape. En dicha casa estaban Darwin Albeiro Amaya, su esposa Doris Milena Andrade Álvarez, junto a sus tres hijos menores de edad, además de Luz Estela Amaya Toro, de 51 años, prima de Albeiro.

Los cinco integrantes de esta familia lograron salir por un tragaluz en el techo del segundo piso. Milena, con quemaduras en el 80 por ciento de su cuerpo, fue trasladada el domingo a Bogotá para que reciba atención especializada, mientras que Albeiro estuvo en cirugía y se mantiene estable. Los menores fueron dados de alta.

Luz Estela Amaya falleció en el hecho, su cuerpo fue hallado en una de las habitaciones. Los peritos forenses aseguraron que el humo no permitió que reaccionara a tiempo y las llamas la alcanzaron.

“Mi mamá era muy amiga de Milena y tal vez la buscó en su afán de ayudarlos. Ellos pudieron salir porque conocían su casa, pero mi mamá desafortunadamente solo conocería el primer piso y el humo tampoco los dejaba ver nada”, relató el hijo de Ana Benilda, quien fue hallada, sin vida, bajando las escaleras al primer nivel de la residencia de sus vecinos.

Los indicios que tienen los investigadores indican que la mujer habría tratado de escapar por la puerta principal de la casa o el patio, pero el fuego y el humo estaban muy avanzados y no lo logró.

Cabe recordar que la candela también alcanzó la residencia de la familia Rangel Páez. Nelson Enrique Rangel, su esposa Eliana Mildred Páez Cadena y sus hijos Daniela, Nicolás y Juan (de 7, 11 y 14 años) murieron casi abrazados en el patio de la casa, arrinconados por las llamas, de donde no lograron salir, porque había una reja de seguridad en el techo.  

Hoy se espera que se cumplan las exequias de Nelson Enrique Rangel, su esposa Eliana Mildred Páez Cadena y sus hijos Daniela, Nicolás y Juan (de 7, 11 y 14 años). Todos murieron.  Las otras dos víctimas son Ana Benilda Becerra y Luz Estela Amaya Toro.

Era una líder

El hijo de Ana Benilda agregó que su madre era líder de ventas de productos por catálogo y por ello tenía una vitrina en el porche de la casa, donde exhibía parte de los productos, como perfumes y cremas. Allí, también, cada año, armaba el pesebre para compartir con sus seres queridos las novenas.

“En el porche también estaba mi carro, que lo guardaba allí porque donde vivo quedaba a la intemperie. Este se quemó total, al igual que un televisor nuevo que le regalaron a mi mamá, estaba hasta en la caja. También se incendió una moto que mi papá le compró a mi hermana menor, cuando estudiaba en la universidad, y la tenía de recuerdo”, agregó.  

El pesebre donde -según las autoridades- inició el fuego, Ana Benilda pensaba desarmarlo el fin de semana, aprovechando el toque de queda que rigió, durante todo el puente, en la ciudad como medida para mitigar el contagio por la pandemia del coronavirus.

“En Las Mercedes teníamos una droguería, pero cuando nos vinimos para Cúcuta, por la situación de violencia, a mi mamá no le gustaba quedarse quieta y vendía esos productos de catálogo. Era líder de la zona y le distribuía a más señoras (…) Este año ni siquiera hicimos novenas por el tema de la pandemia. Nosotros, los hijos, los cuidábamos mucho a ellos y tratábamos de no venir”, finalizó su hijo, médico de profesión.

Donde arrancó la tragedia

Precisamente, ayer, cuando el hijo de Ana Benilda llegaba a la casa de sus papás, el Grupo de Expertos en Incendios y Explosivos del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), de la seccional de la Fiscalía de Santander, terminaban con su misión: establecer qué provocó el incendio.

Luego de casi dos días de estar analizando palmo a palmo las viviendas y de recopilar una docena de testimonios, los peritos concluyeron que un cortocircuito que se dio en el porche de la casa de Ana Becerra fue la causa principal de la conflagración.

 

Según se conoció extraoficialmente, unas chispas provocaron que el pesebre se incendiara y como las llamas alcanzaron una vitrina donde había unos perfumes y otras cosas de maquillaje, al igual que el televisor que estaba en una caja, el fuego se propagó rápidamente, hasta llegar al carro y la moto que estaban en el garaje donde vivía Ana Benilda y su esposo.

“Por eso el incendio fue tan fuerte y se propagó tan rápido. Las llamas al llegar a los otros vehículos y al techo de machimbre de las casas, provocaron que ya fuera incontrolable. Cuando los bomberos arribaron el fuego ya tenía mucha fuerza, además el humo tampoco le permitió a las personas salir, eso ayudó a que se presentaran los muertos”, comentó una fuente judicial que pidió reserva de su identidad.

Agregó: “los peritos logran establecer todo esto por varias características que deja el fuego. Por eso, ellos removieron muchos escombros y cuando lograron tener el punto de inicio se dedicaron a solo ese lugar para tener la veracidad de cómo se dio el incendio y así no permitir que se siga especulando como lo han hecho muchas personas irresponsablemente. Acá no hay culpa de nadie, esto fue un caso fortuito”.

Tres vivienda resultaron afectadas Foto: Archivo La Opinión

 

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