Durante un Puesto Mando Unificado (PMU), realizado la noche del pasado martes en la Alcaldía de Cáchira, se estableció crear un sistema de radiocomunicaciones para que la comunidad rural pueda generar cualquier alerta, ante una eventual emergencia en la vereda La Explayada.
Luego de más de siete meses de espera, la comunidad y la administración lograron ser atendidos con respecto a la situación en la que se encuentran cinco veredas del municipio por un proceso de remoción en masa que se encuentra activo en la zona rural.
El evento natural por una falla geológica, de hace casi una década, ha generado alarma porque con las lluvias, han ocurrido deslizamientos de terreno que acabaron con fincas y colapsaron la principal vía de comunicación.
En el PUM participaron de manera virtual representantes de la Consejería Departamental de Gestión del Riesgo, de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, Defensa Civil, la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor), el comité municipal de Gestión del Riesgo y el alcalde de Cáchira, Javier Pabón.
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En la reunión se suscribieron algunos acuerdos para brindar atención oportuna en la zona afectada, entre estos, la adquisición por parte de la Alcaldía de radiotransmisores que serán entregados a la comunidad como mecanismo de respuesta rápida si ocurre alguna eventualidad que pueda poner en riego a los habitantes de las veredas.
Pabón dijo que la Gobernación se comprometió a gestionar recursos para atender la emergencia y enviar a la zona maquinaria amarilla para realizar un dragado de la quebrada en La Explayada que permita habilitar las vías. “En este momento las cinco veredas están incomunicadas”, recordó.
Por otro lado, enviarán al Servicio Geológico Colombiano una solicitud para que, en la falla geológica, se realice una experticia, mientras que Corponor visitará el lugar la próxima semana para elaborar un informe respecto a la condición del epicentro de la fractura que sufrió la montaña.
Pabón también pidió subsidios de arriendos para las familias damnificadas y para las que tendrán que ser evacuadas de la margen de la quebrada por el peligro que corren en la zona de alto riesgo.
El compromiso de la Gobernación fue hacer una próxima reunión, dentro de algunos días, para hacer seguimiento a la situación, mientras que el alcalde planificaba unos simulacros de evacuación de las veredas y el corregimiento La Vega, por si llegara a presentarse un caso similar al ocurrido en la zona rural de Villa Caro.
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En Ábrego y Villa Caro
Mientras tanto, en el municipio de Ábrego, donde continúa la atención en medio de la emergencia, toneladas de productos agrícolas están represadas en el corregimiento Unión Campesina, debido a la avalancha ocurrida la semana anterior en la vereda El Tarrita.
La catástrofe natural ocasionó la caída de varios puentes y el colapso de las vías de acceso hacia las fincas para sacar las cosechas hacia las plazas de mercado.
El ingeniero ambiental Emiro Cañizares Plata, exdirector de la Asociación de Municipios de la provincia de Ocaña, señaló que la situación es bastante compleja ya que los labriegos no han podido sacar la cebolla, alverja, pimentón y tomate desde el sector rural.
Solicitaron al presidente Gustavo Petro declarar la calamidad pública nacional para canalizar recursos y mitigar los efectos del cierre de la arteria vial debido al impacto socioeconómico.
La travesía para sacar los productos
La avalancha arrasó con los cultivos de las fincas ubicadas en la parte baja y deterioró toda la infraestructura vial que comunica con unas 35 veredas de los corregimientos Unión Campesina y La Paz de Ábrego.
Los campesinos ubicados en lo alto de la montaña lograron recoger la cosecha, pero ahora enfrentan dificultades para el traslado de los productos agrícolas.
El líder social, Humberto Pacheco Núñez, indicó que los cultivadores de las veredas La Sierra, Los Osos, Remolinos, Hoyo Pilón, La Motilona, La Urama, San Luis y Los Cedros deben dar la vuelta por el Alto del Pozo, Sardinata, Cúcuta, Pamplona, Bucaramanga, Aguachica y Ocaña.
“Esa situación encarece los fletes que pasan de 8 hasta 35 mil pesos carga. El viaje dura más de 16 horas lo que representa costos adicionales. Lo grave del caso es que no observan una solución a la vista porque de acuerdo al reporte de los expertos, la recuperación de la carretera Ocaña-Cúcuta va para largo”, exclamó.
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Pensar en otra vía alterna Astilleros, Tibú, El Tarra, Convención y Ocaña es difícil por el precario estado de algunos tramos y los conductores de los camiones prefieren someterse a la travesía, recalcó.
Recorrido en El Tarrita
El Gobernador Silvano Serrano visitó, junto a la Consejera Departamental para la Gestión del Riesgo de Desastres, Adriana Arias, el Centro Poblado El Tarrita y los alojamientos temporales en el municipio de Ábrego donde con apoyo de la Cruz Roja continúan la labor humanitaria.
Por su parte, Carlos Daniel Serrano, alcalde de Villa Caro, indicó que gestionan el ingreso de las familias afectadas en el Registro Único de Damnificados (RUD) para las ayudas y que puedan recibir en la segunda fase algún subsidio de arriendo.
En total, desde la avalancha del 10 de noviembre, cuando comenzó el proceso de remoción en masa, en Villa Caro se cuentan 53 familias damnificadas, entre las que perdieron sus viviendas y las que fueron evacuadas de manera preventiva.
No solo en El Tarrita
Uno de los afectados fue Eduardo Mora, habitante de la vereda El Molino, que el año pasado perdió su vivienda y, esta ocasión, la de su padre, producto de la avalancha.
Dijo que aún quedan algunas familias en la parte alta de la vereda que no se vieron afectadas y han sufrido por la falta de vías de comunicación, por lo que espera que las ayudas no se queden solo en El Tarrita.
“Solo han hecho presencia en El Tarrita, pero por aquí por la parte de Villa Caro estamos totalmente abandonados”, indicó.
Mora, quien ahora reside en una casa familiar en el casco urbano del municipio desde que quedó damnificado, indicó que a pesar de que con la última avalancha la laguna en la parte alta drenó más de la mitad del agua represada, sigue quedando agua acumulada y no se debe descuidar.
“Las familias tuvieron que salirse por voluntad porque quién vive en esa zozobra de que se mueva otro pedazo y se venga porque está lloviendo mucho todavía”, declaró.
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