A la historia de amor entre Nazly Parada y Jesús Martín García Celis ni la muerte la ha podido cortar. La mujer va cada vez que puede al Cementerio Central de Pamplona a ponerle flores a la tumba de su amado y a recordarlo.
La mujer soporta, desde hace más de dos meses, el dolor de saber que aunque le diga sus preocupaciones y cuánto lo extraña, sin obtener ninguna respuesta, solo podrá ver una lápida fría.
Su esposo murió el 15 de diciembre de 2021, dos días después de ser baleado en Cácota, justo en la misma esquina donde la pareja se despidió por última vez, días antes del ataque del que fue víctima junto con el también policía Samir Enrique Velillas Guerra.
El ataque se dio en la tarde, frente al parque principal del municipio, cuando Jesús Martín y su Samir Enrique pasaron por ese lugar en una motocicleta de la Policía. Hombres armados los abordaron y les dispararon.
En el lugar murió Velillas Guerra, mientras que García Celis quedó al borde de la muerte, fue trasladado a un centro asistencial de Cúcuta, donde falleció debido a la gravedad de sus heridas.
Una historia de amor
Para Nazly recordar la última conversación que tuvo con su amado, a través de WhatsApp, la fotografía que le envió la noche anterior a la tragedia la llena de nostalgia, ella la atesora en su teléfono porque sabe que Jesús Martín no le mandará más.
“Los anhelos que él tenía de conocer a su segunda hija, que nació 15 días después de su muerte. No la alcanzó a ver y tan emocionado que estaba. Jesús Martín era un padre ejemplar, se dejaba maquillar, jugaba, la acompaña en proceso educativo y, en fin, lo era todo para nuestra primogénita”, dijo con la voz entrecortada la mujer.
Ellos se conocieron a inicios de 2012, cuando Nazly inició su trabajo en la vereda La Potrera, en Sardinata, municipio de donde era oriundo. Allí sus miradas se cruzaron y él la conquistó poco a poco.
Las charlas interminables, donde supieron que eran el tal para cual resultó en un noviazgo que se intensificó en septiembre, cuando él se fue a prestar servicio en la Policía. “Allí nos hablábamos por teléfono, buscábamos la forma de siempre mantenernos en contacto. Así supimos que íbamos en serio y la distancia no nos afectaría”, indicó Nazly.
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Pasaron los años y en abril de 2015 recibieron a su ‘obsequio de Dios’, su primogénita. La felicidad los embargaba, pues era un logro para ellos tener al tercer miembro de su familia, que se oficializó en agosto de ese año, cuando ambos se casaron.
Aparte de ser un padre ideal, dedicado a su familia y esposa, era un hijo que estaba siempre para su mamá. “A ella le da duro la muerte de Jesús Martín, él era su apoyo: cuando tenía que tomar una decisión le consultaba, la opinión de mi esposo era un alivio para mi suegra ya que él era muy especial con su madre y hermanos”, indicó la esposa.
Siempre al servicio de la comunidad
Cuando en Cácota supieron de la muerte de Jesús Martín, los pobladores que lo alcanzaron a conocer se reunieron para pedirle al Todopoderoso por su eterno descanso y el del patrullero Velillas.
Sus compañeros lloraron por la pérdida de un hombre que siempre estaba al servicio de la comunidad, mismo sentimiento que lo llevó a ingresar a la Policía. “Siempre era de pocas palabras, pero también recochaba, estaba pendiente de sus colegas, se sabía que muchos estaban alejados de sus familias y eso los afligía”, comentó la esposa.
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