Norte de Santander es un territorio lleno de historias y “pueblitos mágicos” que encantan a propios y visitantes con sus paisajes, cultura y tradiciones. Es precisamente en el municipio más antiguo del departamento donde surge uno de aquellos asombrosos relatos, acompañado de un importante hecho histórico.
Se trata de Santo Domingo de Silos, el único pueblo de Colombia fundado por un alemán y donde además se encuentra la popular ‘Esquina del matacho’, que despierta la curiosidad de muchos porque allí salta a la vista el rostro de un “demonio rojo”.
Para muchos es conocida como la “copia fiel” de la Casa del Florero en Bogotá, debido a que en este lugar el 14 de junio de 1781 se leyó la proclama del Inca Tupac Amarú enviada a Silos desde Cusco, y en la que se pedía la independencia de los españoles, hecho que además marcó el inicio de la lucha por la libertad.
Según cuentan historiadores y habitantes del municipio, el rostro que allí se encuentra tallado, corresponde a un soldado antillano que era amigo del dueño de la casa esquinera, ubicada frente al parque principal.
Y en la historia documental se asegura que aquel 14 de junio los habitantes de Santo Domingo de Silos se juntaron en la popular esquina para gritar: “que viva el rey Inca y muera el rey de España”.
“La esquina aún existe y han pasado más de 200 años desde que la figura del ‘matacho’ se encuentra allí, esta representa a un ‘demonio’ o al español que vino a estas tierras. Es una de las esquinas más bellas y representativas”, contó Katherine Cañas Pabón, una de las gestoras del turismo y la cultura en el municipio.
Un patrimonio para los nortesantandereanos
Este 2023, en Silos se cumplen 242 años desde que se hizo la lectura de la importante proclama proveniente de Perú y que hoy hace parte de los libros de historia y el patrimonio de los habitantes.
Uno de ellos es el libro ‘Silos así queremos verte’ de Germán Quiñonez, en el que las personas pueden conocer la importancia que tuvo este territorio en la historia de Colombia y la lucha por la independencia.
Así también lo cuenta la gestora cultural Eva Mariela Vera Rico, quien se ha encargado de promover la cultura y el turismo, para que las personas que se interesan por visitar al municipio, también conozcan un poco sobre su legado histórico.
“A la ‘Esquina del matacho’ llega la proclama donde se inicia toda la revolución en contra del gobierno español, por lo que resulta tan importante para los sileros, un tema que tiene mucha tela por cortar y es una bandera como nortesantandereanos de llevar y reconocernos en cuanto a nivel de historia”, sostuvo.
Según la gestora, las personas que vinieron al pueblo bautizaron esta como la 'Esquina del matacho', relacionada con la revolución, y el legado de la cultura índigena, pues era la única casa que se encontraba en la plaza y en la que se podían dar anuncios al pueblo.
“La figura que allí se encuentra también se relaciona con que Silos fue un pueblo liberal y al daño causado por los alemanes, los españoles y también el ocasionado por la iglesia”, puntualizó.
Además cuenta que el municipio conserva a través del nombre de sus veredas, la cultura índigena de Perú.
La proclama
14 de junio de 1781
En la historia registrada en el libro ‘Silos así queremos verte’ se narra lo que sucedió el 14 de junio de 1781 de la siguiente manera:
“El grito libertario de Silos fue más radical e ilimitado, si lo comparamos con otros movimientos populares contra el régimen español. Allí se gritó, Muera el Rey y todo su mal gobierno. Quería el pueblo redimirse de una manera tajante e incondicional de yugo opresor del gobierna mirquico. 'Fue una revuelta cruda y pintoresca, espontánea y campesina y profundamente humana'.
Cientos de los aguerridos sileños que el 14 de junio prometieron fidelidad al inca Tupac Amaru, ratificaron su promesa engrosando las brigadas anónimas de Galán, Berbeo y Alcantuz y con altanera soberbia saborearon el dolor amargo de la traición en el Puente del Común, pero anca abjuraron a su promisión.
Curioso y extraño nos parece por qué razón la noticia del levantamiento de José Gabriel de Condorcanqui, Tupac Amaru, hizo eco con sentido patriótico en la pequeña y lejana población de Silos y pasó desapercibida en aquellas ciudades intermedias como, Quito, Pasto, Popayán. Cali, Santa Fe y en la misma Nueva Pamplona.”