Ni el nuevo “gobierno del cambio”, ni la coalición mayoritaria que lo respalda lograron sacar con vida del Congreso de la República uno de los proyectos que se convirtió en una promesa de campaña en 2022 y que sentaba las bases de la “apertura democrática” en el país: la reforma política.

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En medio de una profunda división entre los integrantes del Pacto Histórico y una controversia que no termina, la iniciativa que buscaba establecer, finalmente, la paridad de género, las listas cerradas, la financiación estatal, la reducción de la edad para ser congresista, el transfuguismo político, entre otras, terminó hundida por cuenta de una serie de ‘micos’ que pretendieron colgarle al proyecto durante su trámite.

Propuestas como la de permitir que un congresista pudiera ser ministro y luego regresar a su curul en el Legislativo, el beneficio del 30% más de financiación para los partidos que hicieran uso de las listas cerradas y la posibilidad de que las listas para las siguientes elecciones de Congreso fueran conformadas en el mismo orden que se eligieron el año pasado, agitaron el debate y llevaron a que el Gobierno desistiera de continuar con la reforma.

El propio presidente de la República, Gustavo Petro, admitió que la iniciativa, tal y como terminó, ya no era viable, puesto que en su contenido ya no quedaba ningún tema progresista.

“Sin listas cerradas y cremalleras, es decir, que permitan igualdad de curules para hombres y mujeres, y sin financiación estatal de las campañas, la reforma no aporta a un avance en la calidad de la política”, reconoció el jefe de Estado.

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La de Petro es una más de las reformas políticas que se han intentado sacar adelante en los últimos años, sin resultados positivos. La última en ser aprobada fue la de 2009 y en 2011 el Congreso le dio luz verde a la Ley Estatutaria 1475, por medio de la cual se adoptaron reglas de organización y funcionamiento de los partidos y movimientos políticos.

Lejos de aprobarse

Tras el primer revés en su agenda legislativa, el Gobierno Nacional admitió que podría pasar más de un año para que vuelva a presentarse un proyecto de este tipo en el Congreso, lo que confirma la tesis de varios analistas consultados por La Opinión según la cual, Colombia está lejos de una nueva reforma política.

Yann Basset, director del Grupo de Estudios de la Democracia de la Universidad del Rosario, explicó que por la forma como se dio el hundimiento del proyecto actual va a ser mucho más difícil hablar en el futuro de una reforma al sistema político colombiano.

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“Como el Gobierno trató de impulsar esta reforma fue muy torpe. Primero, porque el presidente no se metió mucho en esto, ya que centró la atención sobre las reformas sociales y el que se metió fue Roy Barreras, y creo que él sabía que esta reforma generaba mucha resistencia”, manifestó el analista.

Para Basset, la reforma política del gobierno Petro se volvió “extremadamente impopular”, pues las concesiones que se pretendieron hacer, con el fin de sacar adelante la propuesta con el respaldo de las mayorías, no tenían mucha presentación.

“Se envió un mensaje en el sentido de que los políticos estaban tratando de buscar ventaja para ellos y esto va a quedar como un antecedente problemático. Cualquier otra voluntad de hacer una reforma política debe recoger un consenso muy alto, que no veo en este momento. Es complicado”, dijo.

Sobre las razones por las cuales ha sido imposible en los últimos años sacar adelante propuestas como la lista cerrada, la paridad de género y las demás que incorporaba el proyecto de acto legislativo, el profesor de la Universidad del Rosario señaló que estas reformas son complejas en sí mismas, porque lo que buscan en el fondo es modificar las reglas de juego que les permitieron a los congresistas elegirse “y los congresistas están muy en contra de modificar esa reglas con las que llegaron a donde están”.

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Entre tanto, ara el analista John Mario González, una reforma política requiere de mucho menos improvisación, más popularidad y un gobierno inteligente.

“Los gobiernos y el Congreso creen que saben de política porque hacen política electoral día a día y porque entienden el instinto político, pero para hacer una reforma se requiere tener conocimiento técnico en sistemas electorales, constitucionales, sociología política y ahí los gobiernos son muy miopes”, opinó.

El analista aseguró, además, que para que en Colombia sea posible implementar las listas cerradas, es necesario, en primer, lugar bajar el umbral del 3% al 0,5 o 0,8%.

Desde la Misión de Observación Electoral (MOE), lamentaron que se haya deformado el proyecto que inicialmente se propuso, pues esto condujo a que, una vez más, tuviera que aplazarse la adopción de medidas para fortalecer la democracia.

“Los aplazamientos injustificados a la aplicación de la paridad y alternancia de género incumplen con los compromisos internacionales del Estado colombiano, de fortalecer la participación política de las mujeres”, advirtió la MOE. Teniendo en cuenta lo que sucedió, la Misión llamó la atención al Congreso para que en el estudio del Código Electoral, haya una verdadera “responsabilidad política”.

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