Gustavo Petro cumple su primer mes en la Presidencia con una agenda de anuncios que marca un gobierno en proceso de construcción con visos de ‘improvisación’y una carrera contrareloj para cumplir el plazo que él mismo se puso, de 100 días, para dar resultados.
Petro ha sido un mandatario de anuncios –diálogos con el ELN, restablecimiento de relaciones con Venezuela, regularización de ilícitos– pero no ha llegado a la ejecución de esos planteamientos. Su primer gran paso fue un revolcón a la cúpula de las Fuerzas Armadas con la que sacó a 50 generales y sus otras promesas generan alta expectativa entre la gente.
Ese optimismo se ha hecho evidente en las encuestas de opinión. Según el Centro Nacional de Consultoría (CNC), el 69% de los colombianos tiene una opinión favorable del Ejecutivo, una tendencia que confirmó la Encuesta Invamer que mostró que empezó su administración con una percepción más positiva (56%) que la que tuvieron en sus primeros días Iván Duque (40%) y Juan Manuel Santos (42%).
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La misma expectativa con promesas como la “democratización” de la tierra desencadenó invasiones de tierras por parte de grupos indígenas y campesinos en al menos seis departamentos, comunidades que se adelantaron al trámite legislativo de la esperada reforma agraria integral en medio de la expectativa por la redistribución de los terrenos.
La agenda de ese primer mes estuvo marcada por su visita de este martes a Buenaventura para encontrarse con el líder social Leonard Rentería y su asistencia al sepelio de los siete policías asesinados por las disidencias de las Farc en Neiva, Huila.
La gente ve con buenos ojos el gobierno, pero desde el Congreso dicen que en lo administrativo aún le falta. “Hay dificultades. Todavía no han conformado totalmente los equipos de trabajo, faltan directores de agencias y viceministros y eso conlleva a que el país se frene”, apunta el senador Didier Lobo desde Cambio Radical.
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En su equipo hay ministros que no terminan de convencer. Al ministro de Justicia, Néstor Obando, le cayeron críticas por su propuesta de que los ladrones reparen a su víctimas; y otra que ha estado en el ojo del huracán es Irene Vélez, la de Minas y Energía que le gritó a los periodistas en una rueda de prensa.
Incluso, contra el canciller Álvaro Leyva ya se presentaron dos solicitudes de trámite de una moción de censura ante el Congreso por la silla vacía del Estado en la votación de la OEA contra el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua.
Leyva sustentó esa ausencia en que “no pueden hacerse públicas las gestiones internacionales que se están adelantando”, pero desde la oposición el representante Hernán Cadavid, del Centro Democrático, le reclama que “en las relaciones internacionales no debe haber secretos porque son temas de interés nacional”.
En política exterior Petro cruzó la línea de la diplomacia: intervino en la justicia de Argentina opinando acerca del proceso por corrupción a la vicepresidenta y aseguró que el resultado del plebiscito de Chile “revivió” al fallecido dictador Augusto Pinochet.
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El presidente saltó de la crítica de la oposición a la ejecución en Palacio y ese paso entre la tarea de hacer contrapeso a ser quien debe poner a marchar el país no le ha sido sencillo. Prueba de ello es que de las 40 grandes reformas que anunció solo ha presentado una: la tributara.
Esa ha centrado la agenda de discusión y las negociaciones para sacarla adelante no han sido sencillas: era un proyecto que aspiraba recoger 50 billones de pesos que redujo sus aspiraciones presupuestales a la mitad, a 25 billones de pesos. Las conversaciones siguen porque los partidos sacaron su lista de peros por los golpes que daría a la canasta familiar y a la productividad.
La ya cantada oposición del Centro Democrático se afianzó al conocer el articulado y llegaron otras voces disconformes desde Cambio Radical. Es más, el Liberal se sentó con el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, a revisar los pormenores para definir si la respaldan o no.
Los reparos a lo que ha mostrado Petro en estos 30 días hicieron que los liberales y el Partido Conservador dejaran para el último momento la presentación de su declaración política ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) como bancada de gobierno. Detrás de esa demora está el interés de tener más representatividad en el Gobierno.
Sin embargo, esa manifiesto llegaría este mismo miércoles por las simpatías con el Ejecutivo. Incluso desde los liberales el senador antioqueño Jhon Jairo Roldán resalta que “el presidente ha recorrido el país dando una muestra de que tendrá una presidencia de regiones con un compromiso directo con la paz”.
Esas correrías lo convirtieron en el primer mandatario en ir al municipio de El Tarra, en Norte de Santander, visita que concretó el 26 de agosto y después de que su avanzada de seguridad fuera interceptada por grupos armados. El día después de ir al Catatumbo aterrizó en Ituango, Antioquia, desde donde pidió un cese al fuego multilateral a todos los actores armados.
Este primer mes ya dejó ver cuáles son las líneas del “gobierno del cambio” y ahora empieza la prueba de fuego para ver qué transformaciones logra concretar a los 100 días .
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