Por esas coincidencias que solo la vida puede orquestar, la historia de un nacimiento en un pesebre se repitió, no en la antigua Belén, sino en un barrio del mismo nombre en el municipio de Ocaña.
La noche del 24 de diciembre, en la hora exacta en que se celebra la Misa de Gallo, una joven madre, apenas una adolescente, trajo al mundo a una pequeña en circunstancias tan conmovedoras como extraordinarias.
Fue un milagro de vida, asistido por manos valientes y corazones generosos.
Lea además: Ocaña, en máximo alistamiento por el cierre del año
La protagonista de esta historia es Yuliana Marcela Duarte, una patrullera de la Policía Nacional que, con valentía y temple, respondió al llamado de auxilio que llegó esa noche.
A través de una llamada telefónica, la emergencia se reportó, movilizando a los uniformados hacia el barrio periférico donde la situación ya era crítica.
Al llegar, los agentes encontraron a la joven madre con su bebé en brazos, llorando, pero con el cordón umbilical todavía intacto. No había tiempo que perder.