Un tortuoso camino en busca de agua potable, alimentación, medicamentos y abrigo recorre un centenar de damnificados atrapados por el lodo durante la avalancha ocurrida el pasado miércoles 31 de mayo en la vereda El Tarrita, comprensión rural del municipio de Ábrego.
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Debido a los estragos de la naturaleza y lo escarpado del terreno han sido dispendiosas las maniobras de rescate por parte de los organismos de socorro.
Las mujeres recuerdan esa pesadilla cuando la montaña comenzó a rugir y sonaron las alarmas en la ribera, únicamente salieron de las casas con lo que tenían puesto y alcanzaron a salvar sus vidas evitando una tragedia de grandes proporciones.
Lo perdieron todo, casa, enseres, muebles, electrodomésticos, cultivos, herramientas, animales de corral y vehículos todo terreno para transportar los productos agrícolas.
El ejército a través de la Fuerza Aérea adelanta sobrevuelos para evacuar a las personas y trasladarlos hasta los hogares de paso habilitados en el municipio de Ábrego. Igualmente, llevar alimentos, agua, frazadas, vestuarios y medicamentos utilizados durante las brigadas de salud. Asimismo, hay expertos en tareas de acompañamiento sicosocial a los sobrevivientes.
El director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo y Atención de Desastres, UNGRD, Olmedo López desde el Puesto de Mando Unificado coordina con el gobernador de Norte de Santander, Silvano Serrano, la evacuación de los afectados por la ola invernal.
El funcionario indicó que se articula con todas las entidades programas encaminados a mitigar los efectos entre los damnificados.
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Igualmente, con el ministerio de Educación se estudia la posibilidad de facilitar los lineamientos pedagógicos a través de la virtualidad para no causar traumatismo en el calendario escolar.
Salvar a Gabriel
En la vereda Puerto Rico, comprensión rural del municipio de Villa Caro, una familia clamaba la llegada de las aeronaves para salvar la vida del niño Gabriel, de 6 años de edad, a quien no le quedaban fuerzas para respirar.
La madre, Aura Yurith Ropero Sanguino aseguró que lo perdieron todo con el paso de la avalancha y su hijo estaba a punto de morir por los problemas en las vías respiratorias debido a unas cirugías practicadas con antelación.
“Fue un milagro de Dios al escuchar el helicóptero para sacar a mi hijo”, exclamó la señora que se encuentra en un albergue de Ábrego.
Efectivamente, una vez conocido el caso el cuerpo médico del hospital regional Emiro Quintero Cañizares se trasladó hasta el batallón de infantería número 15 Santander para brindar atención especializada al menor de edad con traqueostomía y gastrostomía, lo cual generaba preocupación por su estado de salud.
Se logró su evacuación al igual que del resto de sus familiares quienes presentan traumas menores y deshidratación. El pequeño está estable y bajo observación de los galenos de turno, reportó el centro asistencial.
Asimismo, La Empresa Social del Estado, ESE, hospital Emiro Quintero Cañizares hace acompañamiento en el punto de triage de atención inmediata a las personas evacuadas de la zona de desastre de El Tarrita.
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Con el apoyo de la Fuerza Aérea Colombiana, Ejército y Policía Nacional, Cruz Roja Colombiana, autoridades civiles del municipio de Ábrego, entidades de socorro como Defensa Civil, Unidad de Gestión del Riesgo Departamental y demás instituciones permanecen en la zona atendiendo la emergencia registrada. Hasta ayer domingo se habían evacuado de la zona de emergencia a 414 personas, entre hombres y mujeres.
No llegaron los medicamentos
Griceldina Ortiz una mujer de 90 años de edad murió en uno de los puntos de la emergencia presentada en el corregimiento El Tarrita en donde una avalancha dejó grandes estragos el pasado 31 de mayo.
Falleció después de 72 horas esperando morfina para mitigar el dolor que le ocasionaba un cáncer que venía padeciendo desde hace varios meses.
Quienes están en el lugar esperando ser rescatados, dieron a conocer la triste noticia a su familia y dijeron que desde el preciso instante en que ocurrieron los hechos, mantenía una profunda tristeza y dolor al ver cómo el agua y el lodo acabaron con su casa; lugar en donde por muchos años a través del comercio logró el sustento para sus hijos.
En ese sitio vivió toda su vida y fue propietaria de un restaurante y una tienda. “Ese lugar era uno de los sitios obligados para frecuentar en el caserío, los habitantes de El Tarrita siempre iban para comprar y relatar el acontecer diario” dijo Lusary Jácome, líder de ese sector.
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Desde Cúcuta, en el Puesto de Mando Unificado, se lideran las acciones de evacuación y atención de los damnificados.
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