Rusia intensificó sus evacuaciones de civiles en las regiones de Bélgorod y Kursk, ubicadas en la frontera con Ucrania, debido a una incursión sin precedentes lanzada por las tropas de Kiev. Este movimiento se produce casi una semana después de que Ucrania iniciara una operación a gran escala que ha puesto en alerta a las autoridades rusas.
La ofensiva ucraniana, que comenzó la semana pasada en Kursk, representa el ataque más importante en territorio ruso por parte de un ejército extranjero desde la Segunda Guerra Mundial. Esta acción ocurre dos años y medio después del inicio de la invasión rusa a Ucrania y tras meses de retroceso en el frente oriental.
Un alto funcionario de seguridad ucraniano, que habló bajo condición de anonimato a AFP, declaró que la ofensiva tiene como objetivo estirar las posiciones del enemigo, infligir el máximo de pérdidas y desestabilizar la situación en Rusia. Según el funcionario, miles de soldados ucranianos están involucrados en la operación.
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El ejército ruso confirmó el domingo que Ucrania ha llegado profundamente en los territorios que habían ocupado e informó sobre tres localidades situadas a unos 30 kilómetros de la frontera. Las autoridades rusas informaron que han logrado impedir varios intentos de avance y que han destruido 18 drones ucranianos, 11 de ellos en la región de Kursk.
El gobernador en funciones de Kursk, Alexéi Smirnov, anunció que las evacuaciones se ampliarán al distrito de Belovski, donde viven casi 15.000 personas. Este movimiento se suma a la evacuación el pasado sábado de más de 76.000 personas que vivían en la región de Kursk. Por su parte, las autoridades de Bélgorod también han iniciado evacuaciones en un distrito cercano a la frontera, a pesar de que los combates no han llegado a esa región.
El gobernador de Bélgorod, Viacheslav Gladkov, declaró en Telegram que la evacuación en el distrito de Krásnaya Yaruga es una medida preventiva ante la “alarmante” situación. “Por la seguridad de la vida y la salud de nuestra población, estamos empezando a trasladar a los habitantes de ese distrito”, afirmó Gladkov, Sin embargo Ucrania reconoce el avance como un triunfo en la guerra.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, admitió por primera vez la implicación de su país en la incursión en Rusia. Zelenski explicó que la operación tiene como objetivo “desplazar la guerra al territorio del agresor”. La ofensiva en Kursk ha sido la más exitosa y significativa de Kiev hasta el momento.
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Rusia ha declarado el estado de emergencia en la región de Kursk y ha iniciado una “operación antiterrorista” en varias regiones fronterizas. Situación que se agudizó tras el incendio en la planta nuclear de Zaporiyia, tanto Kiev como Moscú se acusaron mutuamente del incendio en la central nuclear, aunque el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) aseguró que no hubo impacto en la seguridad nuclear.
A pesar de la ofensiva ucraniana, el conflicto no ha debilitado la presión rusa en el este de Ucrania, donde Moscú continúa avanzando. Los analistas sugieren que el ataque ucraniano podría estar destinado a aliviar la presión sobre las tropas en otros frentes. Sin embargo, un funcionario de seguridad ucraniano admitió que las fuerzas rusas eventualmente detendrán a las tropas ucranianas en Kursk, aunque el ataque “tomó desprevenidos a los rusos” y “levantó la moral” de las fuerzas de Kiev.
El funcionario también advirtió que Rusia podría planear un ataque masivo de misiles en respuesta a la incursión y que Kiev ha informado a sus aliados occidentales sobre la operación. Según el funcionario, Ucrania sigue comprometida con el derecho humanitario y no tiene intención de anexionar las zonas actualmente ocupadas.
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