La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Memorias
El suceso cinematográfico del año
La película ‘Lo que el viento se llevó’ se proyectó en el Teatro Santander de Cúcuta en el año 1941. Don Luis Gulfo era el administrador del teatro.
Authored by
Sábado, 20 de Marzo de 2021

Una de las más espectaculares películas filmadas, ganadora de diez premios Óscar, -ocho competitivos y dos honorarios- que causaba sensación en el mundo entero, sin excluir a la calurosa Cúcuta, era ‘Lo que el viento se llevó’, ‘Gone with the wind’, su título original en inglés. Comenzando los años cuarenta, el material fílmico llegaba al país por vía marítima, algunas, y por los trasportes aéreos otras, para los exhibidores que podían darse el lujo que pagar los altos costos que este servicio ofrecía. Lo novedoso de su presentación era que la película había sido filmada hacía poco más de un año, siendo galardonada con los premios Óscar a la mejor película, entre otros, el año anterior.

La película tenía como telón de fondo la recién terminada Guerra de Secesión. Era uno de esos dramas épicos románticos, bastante atractivos para el público de la época, en los que se narra la supervivencia de una bella mujer sureña (Scarlet O’hara), hasta el día de su matrimonio con Rhett Butler, a través de la trágica historia que vivieron los Estados que perdieron la guerra.  Había sido adaptada de la novela homónima escrita por Margaret Mitchell, producida por David O. Selznick y dirigida por Victor Fleming. Los protagonistas fueron los afamados artistas Clarke Gable en el papel de Rhett Butler y Vivien Leigh como Scarlet O’hara. Como información adicional,  la película fue producida por la Metro Goldwyn Mayer, en 35 mm., duraba 238 minutos y para la época alcanzó a recaudar más de 400 millones de dólares. En términos generales, no resultó fácil su producción por las exigencias tanto de la productora como del director, pues se habían impuesto como meta contratar a los artistas más taquilleros del momento; en eso demoraron más de dos años  y para la escogencia de la protagonista entrevistaron más de mil cuatrocientas aspirantes, es más, la cinta tuvo tres directores, hasta que finalmente Fleming la terminó. La película fue inmensamente popular, a pesar de las críticas que la consideraba como de revisionismo histórico que alababa la esclavitud. Durante más de un cuarto de siglo fue la película más rentable de la industria fílmica y aún hoy, si se indexan sus ingresos, sigue siendo la película de mayor logro de taquilla de la historia del cine.

En todo un éxito se tradujo la consecución de la película por parte de la administración del Teatro Santander en el año 1941. Don Luis Gulfo era el administrador del Teatro en mención y relató a los medios los pormenores de la gestión. La distribuidora de las películas de la Metro Goldwyng Mayer  habían firmado un contrato de exclusividad para que se exhibiera en Cúcuta, ‘Lo que el viento se llevó’ a partir del próximo 25 de julio de 1941. El mismo señor Gulfo, manifestó que con la adquisición de la película Cúcuta sería una de las primeras ciudades del país en donde se podría ver, antes que en las ciudades de la costa atlántica y que “sólo el deseo de la empresa de presentar lo mejor de lo mejor en materia de películas, los ha inducido a traer esta costosa producción en la seguridad que los cineastas sabrán responder”. 

Contó además, que según el contrato firmado con la Metro, “esta película no se exhibirá en ninguna otra parte a precios ordinarios, durante un año”. Como el Teatro Santander tenía varias locaciones, los precios definidos fueron los siguientes: para las sillas ubicadas en el centro y los laterales el precio de la función era de $1; para la galería: $0.40.

De igual manera, algunas librerías aprovecharon la oportunidad para promocionar la venta de la novela, en su presentación en físico como se aprecia en el aviso publicado por la agencia de Uribe Acevedo, quien la ofrecía en dos tomos y edición de lujo, por la módica suma de cuatro pesos.

Era tal la expectativa por la película que fueron varios los medios que publicaban en sus columnas los diversos comentarios que rodeaban el misterio de su presentación en la ciudad. En Venezuela, por sus relaciones con los Estados Unidos y sus grandes intercambios generados por la actividad petrolera, toda manejada por personal de esa nacionalidad, la película ya había sido presentada en sus grandes capitales, incluida San Cristóbal; sin embargo, los habitantes de San Antonio que no tuvieron la oportunidad de verla, ahora eran invitados a pasar la frontera para disfrutarla en nuestra villa. 

Los empresarios del Teatro Santander distribuyeron propaganda en las poblaciones cercanas a la ciudad como Pamplona, Chinácota, Salazar, Arboledas, Bochalema y Durania, entre otras.

En entrevista dada por el administrador Luis Gulfo, decía que “…la empresa había hecho un gran esfuerzo al traer esta magnífica joya  que ha sido un éxito en el mundo entero. La película, por su altísimo costo, no es de esperar que le deje al teatro ninguna utilidad. La empresa sólo ha querido demostrar al público que se desvela por presentarle lo mejor en materia de películas y naturalmente el Santander ganará un enorme prestigio exhibiendo esta maravillosa obra. Cúcuta se coloca a gran altura en materia de espectáculos, estrenando esta cinta que aún no ha sido presentada en ciudades de la costa atlántica y otras capitales del país. Hasta ahora sólo Bogotá, Medellín, Cali, Manizales y Tunja han disfrutado de este bello film”.

Los precios que se consiguieron con la distribuidora, son los más bajos que hasta ahora han permitido. La Metro exigió para su presentación en las ciudades mencionadas cobrar la entrada general a $1.50 como mínimo. Para la ciudad se logró concertar unos precios menores (que fueron los arriba indicados), por razones obvias, los pases y boletas de favor quedaron suspendidas para esta película.

En una de las cláusulas del contrato se estableció un depósito de garantía exigida por la Metro, que consistía en la exigencia que los empresarios debían cumplir con el depósito de una determinada suma de dinero, en uno de los bancos locales, a la orden de la persona que pruebe que la cinta ha sido proyectada en la ciudad a precios inferiores a los del estreno. Esto lo justificaban los distribuidores de la Metro basándose en que el público está acostumbrado a la rebaja de precios y a las funciones ‘de gancho’.

La película sólo se presentaba en la función nocturna de las 8:30 p.m. debido a que la calidad de los 24 rollos se deterioraba en cada pasada, acortando su vida útil. Fue, sin embargo, un agradable entretenimiento para los cucuteños de principios de los cuarenta.

Redacción Gerardo Raynaud D. | gerard.raynaud@gmail.com

Temas del Día