Luego de once días de pena, angustia, frustración y miedo, familiares y allegados del soldado Yeison Martínez Tapia viajaron desde Pamplona a Cúcuta buscando a la Defensoría del Pueblo para saber si existen avances en el proceso de la liberación del militar y hablar a los medios de comunicación para enviar un mensaje al grupo armado que lo retiene.
Aunque Yeison repitió en varias ocasiones a su madre durante su vida que ‘uno no tenía la vida comprada’, ella no puede contener el llanto en cada oportunidad que vuelve a recordar esa alegría y vivacidad que su hijo desbordaba desde joven.
“Son 11 días ya y no he dormido. Me dicen que coma, pero cuando lo intento lo único que pienso es si mi hijo estará comiendo. Yo solo quiero saber quién lo tiene, o por lo menos, que envíen una prueba de supervivencia. En estos momentos guardamos la esperanza en que siga vivo, pero es imposible saberlo”, dijo la madre del soldado entre lágrimas.
Padre, hijo y esposo
Yeison Martínez de 37 años, es padre de tres jóvenes, dos viven con su esposa en Pamplona, y el otro en Cundinamarca, quienes son los más afectados por su ausencia. Su esposa dice que no paran de preguntarlo.
“Estamos casados hace 2 años, pero convivimos hace más de una década, mis niños tienen 7 y 12 años, y son los que están más tristes, no hemos hablado mucho del tema, pero se la pasan preguntando ¿Dónde está mi papá? y ¿Cuándo va a volver? Es muy desgarrador vivir esa escena cuando estoy en casa”, explicó Leidy Yohana Gómez, esposa del uniformado.
Hasta el momento, lo que más desean, es tener una prueba de supervivencia, un video o una foto, cualquier cosa en el que puedan ver cómo está. Pero al día de hoy, no hay certeza de cuál es el grupo armado ilegal que se lo llevó. Ni el Eln ni la disidencia de las Farc, como ninguno otro, han difundido un comunicado atribuyéndose el hecho.
La vocación de ayudar
El lamentable hecho, que fue conocido por su esposa de primera mano cuando un grupo de militares, junto con una sicóloga arribó a su hogar con la noticia, se presentó mientras Yeison Martínez conducía un carrotanque cargado de agua con destino al sector de Palmeras del Mirador, zona rural de Tibú.
Su madre explicó que esa misión no era nueva, la hacía desde que fue asignado a esta región del departamento y en muchas oportunidades el soldado había cumplido con el traslado del preciado líquido sin inconvenientes.
“A él lo pusieron como conductor del Batallón de Ingenieros de Construcciones número 50. Lo ha hecho tantas veces que la gente en la vereda donde deja el agua lo conoce, además estaba haciendo una obra humanitaria, no estaba disparando o algo así, solo quería que las familias más alejadas del lugar pudieran contar con agua potable”, manifestó la madre de Yeison Martínez.
Esperan más apoyo
Los familiares, así mismo, agradecen la atención de la Defensoría del Pueblo que ya tomó sus datos y están interesados en su liberación. Sin embargo el motivo de su viaje, fue justamente para saber cómo se encuentra el proceso, pues están desesperadas por tener nueva información sobre la condición del uniformado.
Por parte del Ejército, les indicaron que debían esperar que algún grupo armado ilegal comparta una prueba de supervivencia lo que tiene con gran frustración a sus allegados.
“Estamos al borde del colapso, necesitamos saber cómo está mi esposo, mi suegra tiene unos dolores de cabeza terribles desde la medianoche en que la llamé para darle la noticia. No es justo ni con nosotros ni con él, por lo más sagrado, queremos saber algo de él”, concluyó la esposa del militar.
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