Un desafortunado presagio tuvo el hermano de Juan Carlos Molina Cárdenas el sábado a las 10:00 de la noche, en la vereda San Jerónimo, ubicada a una hora del casco urbano de Salazar de las Palmas, al notar que él, que acostumbraba llegar a las 7:30 de la noche, todavía no aparecía.
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nidos a los temores de cualquier contratiempo que hubiera frenado Juan Carlos, su hija de 15 años y su mamá, alentaron a que el hombre saliera a esa hora de su vivienda en una motocicleta y buscara por el camino a su hermano, pues tenían conocimiento de que Molina Cárdenas ya había salido de la finca en la que trabajaba como caficultor y se dirigía a su hogar.
“Él normalmente avisaba que ya estaba en camino, y pues lo estaban esperando en casa, como no llegó, el hermano lo fue a buscar. El camino hacia esta vereda es de tierra, y está en los linderos de una montaña, del otro lado hay un barranco, por eso a los 5 minutos de que el hermano saliera de la casa, vio unas matas como arrancadas y se detuvo”, contó un primo de Juan Carlos.
Además de las marcas en la vegetación, en ese punto, la vía está en mal estado y había indicios de una leve avalancha en el costado que daba al precipicio, por lo que el hermano prendió su linterna y se reflejó a lo lejos las placas de la motocicleta en la que se transportaba el caficultor.
De inmediato el hombre bajó la empinada colina hasta la motocicleta, buscando a Juan Carlos, quien estaba metros más abajo con varios golpes y agonizante.
“Al encontrarlo, ‘el (hermano) llamó a un primo por su celular para que le ayudara a sacarlo y llevarlo a un centro asistencial, pero a los 10 minutos que llegó el primo, Juan Carlos dejó de respirar”, aseguró con tristeza su familiar.
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Después del deceso del campesino, sus familiares llamaron al Inspector de Policía de Salazar, quien llegó a la 1:00 de la madrugada del domingo, junto con una funeraria, sin embargo, para llevarlo hasta el vehículo, fue necesario armar una camilla improvisada con troncos de madera y que sus familiares lo subieran a la vía, horas más tarde trasladaron el cuerpo hasta la capital nortesantandereana para dejarlo en Medicina Legal.
El primo de la víctima señaló que aunque es una situación lamentable e inesperada por la temporada invernal, el municipio debería buscar una manera eficiente de arreglar las vías de algunas veredas, que están en pésimas condiciones para transitar, evitando desenlaces fatales como el que ocurrió.