Siete días después de hallar los cadáveres de los hermanos Luis Alfonso y Jesús Daniel Ruedas Bello, en el sector Puente Lata, del corregimiento Banco de Arena, la tristeza, el miedo y la resignación son los acompañantes de sus familiares.
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A pesar de convertirse en víctimas y tener que huir de este sector de la zona rural de Cúcuta, la familia Ruedas ha tenido que luchar por el abandono de las entidades del Estado para cumplir con las honras fúnebres de sus seres queridos.
“Ni la Cruz Roja, ni la Secretaría de Postconflicto, ni la Defensoría del Pueblo ni la Personería nos han ayudado para enterrar a nuestros muchachos, porque nosotros no tenemos los recursos y aparte de todo somos desplazados”, aseguró una familiar de los hermanos.
Hasta el cierre de esta edición, los cadáveres permanecían en el Instituto de Medicina Legal, a la espera de poder ser reclamados para darles el último adiós.
La familiar insistió en que, a pesar de que han recibido llamadas de las diferentes entidades, no hay una solución visible hasta el momento. También una organización, que ayuda a los refugiados y desplazados, les afirmó que en el transcurso de esta semana cubriría los gastos fúnebres, pero nada.
“Es una situación muy dolorosa, porque llevamos una semana en esto y nadie vive el dolor como nosotros, que fuimos los que perdimos a dos hermanos, dos hijos, dos tíos ejemplares. Tuvimos que huir de la violencia y ahora no tenemos ayudas de nada”, dijo la familiar de los Ruedas.
El desplazamiento
Según se conoció, del sector Pacolandia, en Banco de Arena, tuvieron que salir huyendo del rastro de la violencia al menos tres familias y esconderse de las balas y las amenazas.
Extraoficialmente, se conoció que el Eln se pasea sin ningún problema por este lugar, fortaleciendo el imperio que logró después de quitarle el territorio a la banda criminal Los Rastrojos, pero que ahora se disputan con las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (Agc).
“Esa gente (Eln) se la pasa como si nada por el frente de los policías y de los militares y no hay ninguna reacción. No se puede llevar la contraria ni decir nada, porque todo lo arreglan a las balas y con las intimidaciones. Ellos son los que mandan”, dijo un habitante de la zona.
Por ahora, la situación de orden público, en esta zona rural de Cúcuta, sigue alterada por cuenta de las disputas a sangre y fuego entre las organizaciones armadas ilegales que se financian del narcotráfico y del cobro de extorsiones.
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