Una celda en el pabellón 4 del centro penitenciario la Modelo de Cúcuta se parece más a una lujosa suite privada que refleja los persistentes problemas de la debilidad de los controles, la corrupción y el poderío demostrado por ciertos detenidos.
Cuenta con televisor Smart conectado a internet, se ilumina con luces LED, tiene hasta closet y, como si fuera poco, a pesar de que su “inquilino” esta condenado en primera instancia a 17 años de prisión por homicidio agravado y múltiples delitos, este posa con su iPhone último modelo.
Las imágenes en poder de La Opinión, compartidas por una fuente que solicitó el anonimato por razones de seguridad, revelan la insólita vida de ostentaciones que lleva Jorge Johnny Fuentes Velilla, alias JJ o también conocido como Barranquilla, detenido desde junio del 2020, cuando las autoridades lo capturaron junto con otros cuatro hombres de la banda Los Manzaneros, dedicada al microtráfico, hurtos y a cometer homicidios en Cúcuta.
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El historial delictivo de JJ incluye homicidio agravado, tráfico de drogas, asalto a mano armada y porte ilegal de armas.

‘El apartamento de JJ’
La celda de este preso es popularmente conocida como ‘el apartamento de JJ’. Las fotografías lo muestran posando con orgullo dentro de su cárcel, vistiendo prendas de lujo, cadenas de oro, relojes costosos y rodeado de equipos de tecnología. Un Smart TV de 40 pulgadas cuelga de la pared.
Las fotos frente al espejo evidencian un iPhone de última generación y todo esto en un espacio donde, legalmente, ni siquiera un celular debería estar.
“Todo lo que entra pasa por manos de los guardias. Desde las joyas, hasta el televisor. Apagan los detectores de metales cuando ya está todo coordinado con los de acceso. Así entra todo, incluso armas si se lo propusieran”, relata la fuente, denunciando una red de corrupción sistemática dentro del penal.

Un tatuaje y un emoji
Alias JJ o Barranquilla lleva tatuado en su antebrazo derecho la popular frase del rapero y cantante puertorriqueño Anuel AA: “Real hasta la muerte”. Es uno de los tantos tatuajes que se ha hecho en los últimos años; hoy su brazo entero, el pecho y las piernas están cubiertos de tinta.
Cabe mencionar que JJ estuvo prófugo por más de un año, luego de fugarse el 16 de octubre de 2021 del CAI del barrio Aeropuerto.
Fue hasta el 25 de mayo de 2022 cuando las autoridades lograron recapturarlo en el barrio Comuneros, tras ser incluido en el cartel de los más buscados de Cúcuta por el delito de homicidio agravado.
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A JJ se le atribuye la muerte del ciudadano venezolano Ronald David Rivas Dielmo, ocurrida el 10 de febrero de 2022, por lo que pesaba en su contra una orden de captura al momento de ser detenido nuevamente.
La Opinión conoció que actualmente a JJ se le atribuye ser uno de los líderes de Los Mexicanos; una banda que se enfrenta a sangre y muerte contra la Familia P, de alias Porras. Una guerra por la cual se ha desatado una ola de muertes en Cúcuta.
Un riesgo para la justicia y la seguridad
Las denuncias de privilegios para este delincuente apuntan a una cadena de corrupción que facilita el ingreso de artículos prohibidos y permite la continuidad del control criminal desde la cárcel. JJ no solamente goza de esos beneficios para vivir cómodamente mientras paga la condena, sino que, según las denuncias, continúa manejando las operaciones de su organización criminal desde la celda mediante llamadas, videollamadas y mensajería encriptada.
“No es justo que una persona que ha asesinado, que ha destruido vidas, viva mejor que muchas familias honestas afuera. ¿Cómo es posible que tenga todo eso si está privado de la libertad?”, se pregunta una fuente, indignada.
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Este medio consultó a una fuente de la Personería de Cúcuta y la respuesta ante esta denuncia se basó en que realmente eso de los privilegios es más un comentario que circula por los pasillos de la cárcel.
“Son cosas que se escuchan de manera informal, a veces de los mismos internos, quienes dicen que esos privilegios ‘cuestan’. Y, bueno, uno podría pensar que es probable, porque si no, ¿cómo explicarse que ingresen celulares u otros elementos prohibidos al interior del penal? Pero ofi - cialmente no hay nada confirmado sobre eso”, dijo la fuente.
A finales de mayo, La Opinión cuestionó a Ronald Ugarte, director de la cárcel de Cúcuta, respecto a las denuncias sobre privilegios dentro de algunos patios del penal, y este negó que existan tratos diferenciados. Indicó que todos los internos reciben el mismo trato, afirmación respaldada por fundaciones defensoras de los derechos humanos que visitan regularmente la cárcel.

En esa ocasión reveló que desde su llegada se hacen controles diarios en la prisión en los que se han decomisado objetos prohibidos como teléfonos móviles y sustancias psicoactivas, generando, según él, que le enviaran videos amenazantes como el de abril pasado, en el que se le señalaba por supuestos malos tratos hacia internos venezolanos.
Sin embargo, las imágenes sobre el caso particular de alias JJ demuestran lo contrario: la cárcel de Cúcuta, que debería ser un espacio de sanción y resocialización, parece haberse convertido en un fortín criminal adornado con privilegios.
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