Wembley será este domingo el escenario de una final de Copa de la Liga "especial" para el Liverpool y su entrenador saliente Jurgen Klopp, diezmado por una oleada de lesiones, y crucial para el Chelsea, deseoso de salvar la primera temporada de Mauricio Pochettino, con Europa en el punto de mira.
Una marea roja y otra azul invadirán emblemático estadio del norte de Londres para un duelo entre dos de los grandes de Inglaterra, si bien la trayectoria e historia reciente de ambos clubes es bien distinta.
El Liverpool roza en esta final el primer título de la temporada que podría no ser el último: el actual líder de la Liga Premier sueña con poner el broche de oro a la era de Klopp y sigue en liza además en la Copa de Inglaterra y en la Europa League.
"Es un partido especial. Los partidos especiales requieren un rendimiento especial, por lo que tenemos que concentrarnos en eso", resumió el adjunto del alemán Pep Lijnders.
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Misma mentalidad que el capitán neerlandés Virgil van Dijk: "El final de temporada nos dejará seguramente muchas emociones, incluido para el entrenador, pero todavía no estamos ahí".
Salah es duda
Desde el anuncio sorpresa de Klopp, los 'Reds' han continuado su avance imparable con cinco victorias y 21 goles anotados en seis partidos, a pesar de la oleada de lesiones.
Sin el guardameta brasileño Alisson Becker, los defensas Trent Alexander-Arnold y Joel Matip y los centrocampistas Curtis Jones, Thiago Alcántara y Stefan Bajcetic. Además son duda el húngaro Dominik Szoboszlai, el uruguayo Darwin Núñez y el líder goleador Mohamed Salah, ausentes el miércoles contra el Luton (4-1) en la Premier.
Contra los 'Hatters', Klopp dio la titularidad a Harvey Elliott, Conor Bradley y Jarell Quansah, ninguno mayor de 21 años, y dio entrada a tres jugadores de 19 o menos: James McConnell, Bobby Clark y Jayden Danns.
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El Chelsea también se ha rejuvenecido, pero de manera voluntaria y espectacular, a largo plazo, y a base del talonario del copropietario estadounidense Todd Boehly, que ha inyectado desde la salida del ruso Roman Abramovich en 2022, más de 1.000 millones de libras en traspasos.
Hasta ahora la estrategia se ha mostrado fallida. Después de una primera temporada sin lograr clasificar a Europa, Pochettino llegó a Stamford Bridge para desatascar al gigante dormido, cuyo último título doméstico data de 2018 (Copa de Inglaterra).
El antecedente de 2022
La Copa de la Liga por su parte ofrece un boleto a los repechajes de la Conference League, un consuelo en caso de no lograr clasificar a competiciones continentales.
Para Pochettino esta es también la oportunidad de lograr su primer título en Inglaterra, tras no haberlo logrado en el banquillo del Tottenham (2014-2019). Con los 'Spurs', perdió una final en Copa de la Liga en 2015 contra el Chelsea y otra en Liga de Campeones en 2019 contra el Liverpool de Klopp.
"Algunos aficionados dirán que no eres bueno si no ganas. Para mí, esa no es la forma de valorar un 'staff'", declara el argentino, para quien levantar la copa no es tan importante como asentar unas bases de juego sólido.
"Klopp era bueno antes de llegar al Liverpool" en octubre de 2015, pero no ganó nada "durante tres o cuatro años", recuerda. "Ahora ha ganado la Liga de Campeones y la Liga Premier".
Los dos últimos títulos del alemán fue precisamente un doblete de copas domésticas en 2022. Ambas finales contra el Chelsea se decidieron en los penales, tras sendos resultados 0-0.
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